Sonidos agitadóricos es una propuesta radial. En el primer programa –por Radio Nacional– hablamos del juicio por Marita Verón y de trata y prostitución; de la lucha antiminera en América latina (Panamá, Perú, Ecuador, Argentina) y entrevistamos a Viviana Pozzebón, una música cordobesa que sacó un discazo bailable y ecléctico que se llama Madre Baile y nos habló de La Leo, la creadora del cuarteto, una pianista juguetona y creativa que, por supuesto, fue invisibilizada.

Los Sonidos agitadóricos les hablan a nuestros varios sentidos, agitando el espacio de nuestros deseos y sueños.

Pasados que viven en presentes de luchas. Invención colectiva de futuros nuestros.

Un caminito en el aire que no va a ninguna parte. O a todos lados, como las chicas malas.

Nuestra manera de plantar estrellas antes de que el sol se vaya.

Un tejido de “ya basta” haciendo horizontes. Un telar de arpillera con dibujos de la Parra.

Sonidos agitadóricos. Un espacio esdrújulo para complicidades rítmicas.

El diario íntimo de la muchacha ojos de papel, el día que dejó de correr para llorar al amigo que se despedía sin ceremonias. El coro de muchachas ojos de papel, que cantan las canciones antiguas con las que las acunaban sus madres en sus tiempos flacos.

Sonidos agitadóricos. Un rincón violeta en la radio pública.

Semillas de memoria rebelde plantadas en nuestro cielo carmín. Una manta roja y negra en la frontera azul y blanca. Un corazón latiendo abajo y a la izquierda.

Tic tac tic tac tic tac tic tac de resistencias que escriben la historia nuestra de cada día. Un manifiesto en la raíz. Una zamba de nuestras esperanzas.

Sonidos agitadóricos. Una cita ineludible, en el horario tempranero de las brujas ácratas. Al despertar de la siesta dominguera... y antes que las velas ardan. Un tiempo para matear con la luna, dibujando sonrisas cómplices en el centro de la lágrima escapada de su retén.

Sonidos agitadóricos. Un vuelo de corcheas enamorando a las semifusas. Un viento de libertades no negociadas. Una carta perdida en una botella de fernet, en los lagos de Palermo.

Una poesía disparada al poder de la mentira. Un verso que busca a su poeta. Una danza de pañuelos que juegan a ser banderas.

Sonidos agitadóricos. Cuentos que rugen en antiguas cuevas. Flores sembradas en las cárceles del alma. Un grito con ecos distante. Tus ecos, tus voces, tus palabras. Un diálogo que te busca. Un abrazo de canciones que te protegen del aburrimiento.

Sonidos agitadóricos. Una apuesta a la libertad. Un lugar de encuentro para quienes quieran encontrarse. Un juego de adivinanzas en los atardeceres románticos. Una rosa blindada y otra brindada. Un desfile de gatas desterradas. Una piedrita tirada en la rayuela. Una mirada cronopia en territorio de famas. Un cuento caído del árbol de Diana. La pasión de la Juana.

El romance de la palabra con los sonidos. Voces que cuentan la diferencia. Un territorio para descubrir, inventar, sembrar, regar... sin agrotóxicos, sin cianuro, sin contaminantes.

Sonidos agitadóricos. Un espacio radial en donde la naturaleza tiene derechos, los pueblos tienen memoria y las mujeres tienen la palabra.

* Conductora de Sonidos agitadóricos, los domingos, de 18 a 20, por AM 870, Radio Nacional, con Claudia Korol, Diana Tarnovsky y Amanda Alma.