Viernes, 29 de junio de 2012 | Hoy
EL MEGAFONO II
Por Cecilia Retegui *
Hoy en día, sumergidos en una cultura en la que el término descartable se considera un atributo positivo, muchas cosas se fabrican para no durar, ya sea porque su calidad es baja o porque conseguir repuestos o arreglar lo que se te rompe es, a veces, hasta más caro que comprar un nuevo producto. Pero, más allá de esto, existen cientos de artículos que se pueden reutilizar.
Reutilizar, reciclar, reducir.... Al momento de consumir: ¿tomamos conciencia?
Cuando comprás un artículo usado no sólo lo estás reciclando dándole una segunda vida, sino que estás evitando el consumo de materia prima y energía necesarios para producir uno nuevo. La idea de que un producto que a su dueño original no le sirva más pero pueda convertirse en el que vos necesitás hace que este objeto extienda su utilidad y además ahorres dinero: los usados representan una oportunidad de compra, casi siempre irresistible, teniendo en cuenta el excelente estado o el poco uso que tienen.
Actualmente no hay excusa; se han diversificado las propuestas sustentables respaldadas por una mayor conciencia “verde”: el reciclado, la clasificación de residuos, el ahorro energético, mediante propuestas masivas de participación y la posibilidad de comprar usados reduciendo la necesidad de utilización de nuevas materias primas al tiempo que se reducen residuos innecesarios.
Muchos productos: muebles, artículos del hogar y electrónicos, sólo por poner algunos ejemplos, tienen una vida útil que –muchas veces– no cumple su ciclo y se terminan desechando antes de tiempo. En este sentido, es importante saber que se trata de conductas y hábitos de consumo posibles de reeducar en nuestro accionar cotidiano.
Aprender a ser consumidores conscientes y responsables es posible, está al alcance de todos y es una forma de sumar al cambio y aportar al planeta.
Cuando decidís comprar un producto usado, estás eligiendo...
-Evitar que un objeto vaya a parar a un relleno sanitario o un basural a cielo abierto donde podrá degradarse en poco o muchísimo tiempo, según de qué material se trate y a qué profundidad se lo entierre (si se trata de un relleno).
-Impedir que se consuma agua, energía y otros recursos renovables y no renovables, necesarios para fabricar un nuevo producto.
-Tomar conciencia de la importancia de consumir responsable y conscientemente.
No es necesario que estudios científicos internacionales o informes alarmantes nos digan de la importancia del cuidar nuestro lugar y la irreversibilidad del daño que causamos hasta el momento: lo sabemos y tenemos herramientas prácticas para tomar responsabilidad, aunque sea con pequeñas acciones.
Por eso, desde nuestra “venta de garaje online”, proponemos comenzar por casa, desde la acción que sea. La toma de conciencia y los buenos hábitos se contagian, seamos parte de ello.
* Fundadora de MarketPlus www.marketplus.com.ar
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