Por Carolina Selicki Acevedo

El Festival organizado por el colectivo Escena abre las puertas de sus 22 teatros en una tercera edición que proclama como manifiesto la lucha por un “cambio profundo en la política cultural de la ciudad de Buenos Aires” y acerca a toda la comunidad diversas producciones del usualmente denominado “off del off”, aunque actualmente sus miembros aclaren que los márgenes cada vez son menos definidos y que tal vez sólo se diferencian de otras salas porque su principal búsqueda es artística y no comercial. A esa búsqueda se suma la necesidad de una ley que se ajuste a estos espacios para no más de 50 espectadores. No es casual que este año el ciclo “Mapa Escena”, donde cada teatro interviene a otro y el acceso es gratuito, esté centrado en “El futuro”.

Entre la variada oferta teatral del festival, es interesante encontrar historias de mujeres que, a pesar de sus distintos enfoques, comparten un lenguaje universal. La mujer puerca, unipersonal (que evoca el formato stand up) a cargo de Valeria Lois, con dramaturgia de Santiago Loza y dirección de Lisandro Rodríguez, se centra en la historia de una mujer huérfana, creyente acérrima, cuyo máximo sueño es presenciar un milagro y llegar a ser santa, pero satisfacer a camioneros de paso por el pueblo “sin sentir el menor placer” es su principal modo de redención. Una puesta sencilla pero efectiva, con un “santuario” que da el marco a las confesiones de esta “mujer puerca”. Si hay un Dios, se ha olvidado de ella. La mujer puerca reclama y escucharla no es para cualquiera. (Sábados a las 21 en Elefante Club de Teatro.) Por otra parte, Niñas cálidas tiene como eje a dos amigas que intentan develar el porqué de la muerte de una de ellas a partir de sus recuerdos de la adolescencia, de un modo lúdico y humorístico, pero también perturbador. El texto es creación de las actrices Melina Forlano y Ana Rodríguez, donde el despertar sexual, el verano y el primer amor que sabe a fruta fresca se mezclan con un presente más seco, donde la adultez tiene otro peso. “A la pérdida de la adolescencia se suma la pérdida de una amiga y las culpas impuestas desde afuera reaparecen”, cuenta la directora Isabel Sala, en quien las actrices confiaron para darle un cierre a la puesta. (Machado Teatro, domingo 21, 20.30 hs.) Luz Azul, dirigida por Diego Rodríguez y protagonizada por Cora Fairstein y Soledad Cardigni es otro de los estrenos del Festival. Dos hermanas mellizas y adolescentes son acusadas de haber matado a su padre. El público presencia los interrogatorios, en donde los rasgos obsesivos de cada una y las acusaciones cruzadas no facilitarán saber si son culpables o no. (Machado Teatro, domingo 21, 18 hs.)

Finalmente, uno de los eventos especiales será el ciclo Mujeres autoras-directoras, bajo la consigna: “Producción en contexto de encierro, a realizarse el lunes 22 a las 19, en Granate. El eje será la escritura y participarán de la mesa moderada por María Santos: Olga Guzmán, presa en el penal de Ezeiza y autora del libro Esta vez decido yo; Agnes O. –internada varios años en instituciones ligadas al Opus Dei, como búsqueda de su familia de alejarla de su lesbianismo y adicciones– y Claudio Pensaro –da talleres de escritura en cárceles y psiquiátricos–. También habrá una performance con poesías de mujeres de 17, 35 y 50 años, recital de Silvana Sosto y proyección del documental Salir a escena, de Santiago Korovsky. “Buscamos que se reflexione sobre la prisión como un límite tangible y la escritura como el pasaje entre el adentro y el afuera. Sobre las consecuencias íntimas y públicas de sus escritos y de qué modo vinculan el placer con su escritura, aunque también su relación con lo performático”, adelanta Paula Herrera, dueña de Granate y una de las organizadoras del ciclo junto a Natalia Fernández Acquier. l

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