EL MEGAFONO
› Por Ban Ki-moon *
En 2012 se cometieron atroces crímenes de violencia contra las mujeres y las niñas. Una joven fue víctima de una violación en grupo. Otra se suicidó para evitar sufrir una vergüenza que deberían haber sufrido los autores de la violación. Jóvenes adolescentes fueron muertas de disparos de armas de fuego por tener la osadía de exigir recibir educación. Estas atrocidades que, con justicia, desencadenaron indignación a nivel mundial son parte de un problema mucho mayor y generalizado en casi todas las sociedades y en todos los ámbitos de la vida diaria: las agresiones de todo tipo contra las mujeres.
Piensen en las mujeres que integran sus familias y comunidades. Existe una probabilidad estadística de que muchas de ellas hayan sido víctimas de violencia en su vida. Y muchas más han brindado consuelo y contención a una hermana o amiga y compartido su dolor y enojo tras haber sufrido una agresión.
Este año, después de conmemorar el Día Internacional de la Mujer, traducimos nuestra indignación en medidas concretas. Declaramos que juzgaremos los crímenes que se cometan contra las mujeres y que nunca permitiremos que sean castigadas por los abusos que han sufrido. Renovamos nuestro compromiso de luchar contra esta amenaza mundial a la salud donde quiera que pueda producirse. En hogares y empresas, en zonas de guerra o en la vida diaria de países que viven en democracia, también en las mentes de las personas que permiten que la violencia continúe.
Hacemos una promesa especial a las mujeres atrapadas en situaciones de conflicto, donde la violencia sexual se convierte con demasiada frecuencia en un instrumento de guerra orientado a humillar al enemigo destruyendo su dignidad.
A esas mujeres les decimos: las Naciones Unidas están con ustedes. Como secretario general, insisto en que el apoyo y el bienestar de todas las víctimas de la violencia sexual ocurrida en guerras o conflictos debe ser uno de los principales objetivos del trabajo de la ONU. He dado precisas instrucciones a todos mis asesores para que se otorgue la más alta prioridad a la generación de medidas de lucha y protección contra la violencia sexual, en todas las actividades de fomento, mantenimiento y consolidación de la paz.
Las Naciones Unidas siguen avanzando en la campaña “Unidos para poner fin a la violencia contra las mujeres”, que se basa en un principio muy simple: todas las mujeres y niñas tienen el derecho humano fundamental de vivir sin violencia. Además, hasta el 15 de marzo se lleva a cabo la 57ª reunión global de la Comisión sobre la Condición de la Mujer de la ONU. Los 193 países, las organizaciones civiles y los organismos de la ONU debatirán un tema central: la eliminación y la prevención sobre todas las formas de violencia contra mujeres y niñas. Ellas y ellos son parte de nuestro esfuerzo mundial para poner fin a esta injusticia y proporcionar a las mujeres y las niñas la seguridad y libertad que merecen.
* Secretario general de las Naciones Unidas.
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