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“Vos y yo / y un puma dormido en la arena, / lenta respiración. / Descarga el mar, / la espuma de verdad duradera, / lenta respiración. / Increíble es algo... magnánimo. / Increíble es algo... un poco mal situado. / Y así supimos que una mordida al miedo era / una sutil y gran felicidad.” Estos versos, que parecen salidos de un poema, forman parte de “El puma”, uno de los temas incluidos en el nuevo disco de Paula y Los Besos, y bien podrían servir como ejemplo de la lírica inspirada de todas sus canciones, en las que conviven metáforas alucinadas con declaraciones de amor y reflexiones profundas o cotidianas. Si en su primer disco, AAAAA, de 2009, Paula Trama, al frente del proyecto, responsable de las letras y las guitarras, ya le cantaba a la cola debajo de un short escocés tanto como a las sirenas, a un libro malo y al huracán, en este nuevo disco sube la apuesta y las canciones, más pegadizas y bailables algunas, más reposadas y suaves otras, siguen siendo sorprendentemente bellas. “Hasta el primer disco todas las canciones habían sido, previamente, textos en algún momento. El asunto de la lírica está en primer plano, y de hecho me encantaría que en los reproductores de música y en los teléfonos hubiera un subtitulado simultáneo”, dice reafirmando también la decisión de poner esas letras al alcance de todos los potenciales oyentes. Y una buena decisión detrás de este lanzamiento, acorde con estos tiempos impacientes, fue elegir editarlo en formato digital (lo que no quita que pronto tenga edición física) y dividir los temas en dos EPs, como si fueran los dos lados de un disco, llamados 1 y 2, que duran en total veinte minutos. “El tema de los EPs no tuvo que ver con un asunto de extensión sino con el hecho de que registramos que había como dos capítulos, cierta sonoridad y cierta relación entre canciones, se armaba mejor así”, acota Paula, y vale aclarar que los temas no se agotan en una primera escucha sino que piden repeat.

En 1 abre la hitera “Paja dorada” (qué bueno sería que las radios pasaran estas canciones), y de lleno nos encontramos con la particular voz de Paula, entre suave y loca, que puede sonar tanto sutil como sacada: “Me siento muy cómoda con algunas ideas de cantantes locas, desde las locas rockeras cat screamers como Janis Joplin o Celeste Carballo, pasando por la loca dark donde ya se cuela lo operístico (Nina Hagen, Siouxie), y las mil locas de los gritos punks. Y también la loca que no enloquece maniática sino melancólicamente, la que desbarranca, como Nico o Nina Simona. Pero también con las locas en el sentido de exploración de algo femenino en estado de ebullición: Raphael, Freddie Mercury, Bryan Ferry... Creo que en el disco de Paula y Los Besos la locura de la voz transita por varios lugares, y en muchos momentos hay un beso a cada uno de todos esos amados musicales”.

Con tres covers reinterpretados con traducción vernácula (como “Bailar”, una versión ajustada de “Cosmic Dancer”, de T-Rex), y aires de pop y de folk, la banda se completa con Federico Fragalá en producción y teclados, Rodo Ingaramo en batería y Sebastián Rey en bajo.

En el camino abierto por Rosario Bléfari (voz al frente de Suárez, pero también escritora), lo de Paula vendría a convivir con las producciones de Violeta Castillo o Luciana Tagliapietra, compositoras delicadas que hoy refuerzan la escena independiente con letras de su autoría: “Entre los compositores actuales que ponen las letras por delante, mis preferidos son Leandro Uría (Plan Austral), Carmen Rolandi y Esteban García. Pero siento una gran afinidad con músicos más instrumentales o ‘de textura’ como Adrián Paoletti o Diosque, que trabajan con la palabra desde un lugar más despojado, en un caso, o entrecruzado con el sonido, en el otro”, concluye.

paulaylosbesos.bandcamp.com