“Cierro los ojos y pienso qué tengo para ofrecer, para aportar a esa canción que ya es una joya. Pienso cómo puedo ser lo más honesta posible con la música, y ahí me acuerdo de cuando escuchaba a Mercedes Sosa en el tocadiscos. Trato de poner todo ese amor en la interpretación, ser lo más transparente en eso.” Quien dice estas palabras es Casiana Torres, cantora de folklore, nacida en Río Grande, Tierra del Fuego. Desde esos confines del mundo, donde se mezcla el mar bravío, el campo, las montañas y los vientos, Casiana construyó un paisaje musical interior que guarda y lleva hacia donde va. De chica comenzó una vida nómade que la trasladó por temporadas al Litoral chaqueño de su familia materna. “Nos reuníamos en la costa del río a cantar, y mi tía, maestra isleña de la Isla del Cerrito, un lugar maravilloso del Chaco, me decía: ‘Ellos son Pedro Canoero’, para que yo comprendiera la profundidad de esas letras. Conocía el canto de Teresa Parodi por unos casetes que mi papá había comprado en uno de sus viajes a Buenos Aires. Amaba profundamente sus canciones, cantaba encima de su voz, conocía a esos personajes de pueblos litoraleños.”

El contacto con la música estuvo dado desde muy temprano: “Fue un lenguaje común”, recuerda Casiana. “Disfrutaba de escuchar a mi abuelo que, con su dúo folklórico Torres Pacheco llevaron el cancionero nativo a la isla y organizaron el primer festival de folklore de la historia fueguina”. Esa adoración por la música popular se hizo sentir, dejó su impronta. “Melodías y mensajes tan profundos, historias y sentimientos que con mi corta edad casi no podía entender, pero me llenaban de una profunda emoción. Era uno de los momentos por los cuales valía la pena vivir”, dice.

El tiempo pasó y Casiana –ya en Buenos Aires– egresó del Conservatorio Nacional de Arte Dramático. La literatura, la poesía y el teatro sellaron su identidad de cantora. “La palabra es algo muy importante para mí. Amo las palabras, aportan a mi vida una magia que me rodea día a día. Son una gran fuente de inspiración y sostén. Les doy mucho valor a la hora de interpretar una canción, busco traducir su importancia en cada caso.”

Canto mi tierra es su primer disco, editado en 2007. “Mi canto es mi casa. Mi infancia es un solo recuerdo repartido entre el calor del Litoral y El Calafate, donde crecí. Es un disco que hice con mucha ingenuidad y sin una apuesta previa. Quise que fuera un disco emotivo para mí, casi no pensé que iba a ser escuchado por otros. En ese momento no tenía conciencia de eso. Quería abrazar mi infancia y ese primer canto mío que con el desarraigo se había perdido un poco.”

En sus presentaciones, Casiana utiliza la poesía para hacer la transición entre un tema y otro. “Para salir de un estado recito poesía, trato de hacer un viaje. En los shows hay una mezcla maravillosa de músicas, mucha versatilidad, y la poesía me permite citar y que se vaya completando el paisaje. Soy amante de buscar poetas.”

Del fuego a la raíz es su segundo trabajo, dedicado a los y las fueguinas “que aman esa tierra donde mi corazón late permanentemente. Me gusta bucear en el misterio de la música popular; la vidala, la tonada, la huella, tienen como un tono o una armonía perfecta. La canción es lo que me inspira, con su melodía y su letra que, unidas, mueven esa fibra sensible que me permite apropiarme de ella”. En esa conjunción, Casiana elige también para cantar chamamés, milongas y zambas. “Son los ritmos que más me emocionan, ritmos bien antiguos que parece que, al cantarlos, está cantando alguien más con una, todo un pueblo, otros cantores y cantoras que nos acompañan desde antes. Son cantos sagrados para mí, donde no estoy sola.”

Casiana Torres presenta Concierto íntimo, el sábado 29 de junio, a las 21 en Salta y Resto, Salta 755, CABA.