Cual dupla incorruptible, las gemelas francesas Monette y Mady Malroux han pasado una vida entera cosechando el look “gota de agua”, abrazando el efecto espejado, incentivando una identidad duplicada a fuerza de trajecitos iguales, mismos cortes de cabello, iguales collares, idénticos cabellos teñidos. Cuando salen, ordenan la misma bebida y, en sus análogas carteras, juran tener similares contenidos. Viven juntas, y terminan las frases de la otra; no dicen “nosotras”, dicen “yo” para referirse a ambas. Trabajan juntas como modelos y bailarinas bajo el nombre artístico “Las Hermanas Diamante” y, como tal, hicieron performances en cabarets, bailaron en un clip de George Michael, modelaron para Galliano, aparecieron en films como Paris, je t’aime o Amélie...

La primera vez que la fotógrafa danesa Maja Daniels las vio caminando por París, pensó que veía una fantasía, un holograma, una irrealidad. Pero averiguó más y mejor, las encontró y les propuso documentarlas. Ellas accedieron y así nació el proyecto Monette & Mady, cuyo puntapié inicial fue a fines de 2010, pero que continúa y suma imágenes con cada visita de la fotógrafa a París. “En cierta manera, lo que hacen es una provocación. Para ellas, están elevadas respecto de cualquier persona singular”, ofreció la artista que asegura poder distinguirlas (el truco sería concentrarse en sus voces y en el carácter) y que reconoce que la dupla no es una puesta en escena: “Viven de la manera que les parece apropiada, incluyendo a la otra como parte de su identidad”.

En una ocasión, entrevistadas para un medio neoyorquino, las gemelas pasaron a la periodista una cita de Claude Lévi-Strauss que rezaba: “Los gemelos, como las aves, ocupan una posición intermedia entre el espíritu supremo y quienes son meramente humanos”. Ser singular no tendría perdón. Ser espejo, ser copia, ser réplica idéntica es, para ellas, una forma de vida superior.