Viernes, 14 de marzo de 2014 | Hoy
EL MEGáFONO
Por Mónica Santino *
Los 8 de marzo y sus consecuentes conmemoraciones y actividades suelen poner en el tapete las ideas, el pensamiento, el conocimiento sobre qué significa ser mujer, toda una simbología que conlleva también a revisar la historia, las conquistas y los retrocesos en el campo de los derechos. La Secretaría de Cultura de la municipalidad de Vicente López organizó un ciclo de charlas. Una de ellas tomaba y comparaba sin tapujos a Eva Perón y a Eva Braun como “las Evas del poder” en un intento de juntarlas históricamente desde sus compañeros y amantes Juan Perón y Adolf Hitler. Este tamaño despropósito recibió el repudio generalizado de partidos políticos, movimiento de mujeres, organizaciones sociales y la denuncia por antisemitismo del Centro Simón Wiesenthal. El gobierno del municipio no tuvo más remedio que pedir disculpas y retirar la actividad de las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Más allá del enorme e irreparable error histórico, queda evidenciada la ideología por detrás del hecho, la violencia de género explícita mirando a las mujeres desde un rol de amantes y equiparando a quién fue la propulsora del voto femenino en nuestro país, líder y luchadora de los que menos tienen con otra que fue parte y cómplice de la máquina de matar que significó el nazismo en el siglo XX.
Vicente López, sin embargo, tiene motivos para estar orgulloso hablando de la historia. Un 8 de marzo de 1994 nacía el Centro de la Mujer fundado por Diana Staubli y Marcela Rodríguez, dando inicio a una institución pionera en materia de lucha por los derechos humanos de las mujeres con sus programas de asistencia a víctimas de violencia y actividades de lo más diversas con las mujeres a la cabeza como protagonistas de cambio, épocas en que en los 8 de marzo se premiaba, por ejemplo, a la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo Estela Carlotto. En la mejor gestión municipal en defensa de derechos humanos de las mujeres, en el año 1998, se generaba un centro de formación en la temática para muchísimas profesionales que han tomado ese modelo de trabajo y han crecido desde esa mirada de género necesaria para encarar una tarea inmensa y compleja.
Es indispensable en este contexto el recuerdo y rescate de Diana Staubli, cuyo nombre fue impuesto a la sede del Centro de la Mujer por ordenanza municipal en el 2006. A casi nueve años de su partida el recuerdo es insoslayable. Su lucha, su voz, su presencia es la que nos sigue guiando y nos marca la huella fundadora más allá de los avatares de las gestiones.
Acá estamos, a veinte años y vamos por más.
* Directora técnica de fútbol del programa de Fútbol Femenino del Centro de la Mujer Diana Staubli, de Vicente López.
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