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Viernes, 11 de abril de 2014

VISTO Y LEíDO

Dar en el nervio

Lo que la gente hace, el libro de Marina Yuszczuk antes de ganar el premio Indio Rico por sus poesías cotidianas con Madre soltera.

 Por Daniel Gigena

En febrero de este año, la periodista, crítica de cine y escritora Marina Yuszczuk (1978) ganó el premio Indio Rico por Madre soltera, un poema donde narra la experiencia del embarazo y el parto con una sensibilidad atemperada por el asombro. Poco antes del nacimiento de su hijo en noviembre de 2012, había publicado por Blatt & Ríos su segundo libro (el primero había sido Guía práctica de las mariposas). Dividido en tres secciones que se refuerzan mutuamente, Lo que la gente hace crea, a partir de un elemento característico –el fragmento–, una obra reticular, de escritura en apariencia simple y estructuras complejas. Al arriesgar unidad, a la que reemplaza por una simultaneidad de tiempos, escenarios y protagonistas (una Marina niña, otra joven e incluso una que aún no ha nacido), cada sección no concluye de forma autónoma y, como una marea, sus evoluciones siguen en las demás.

“En el agua” imita un diario de aprendizaje de un curso de buceo. Narrado de manera impávida, adquiere por momentos visos de horror: “Si la presión del agua comprime la cavidad y aprieta el nervio, eso puede doler. Todo lo aprieta el agua: la luneta contra la cara, el tímpano, el traje de neoprén, el aire en los pulmones y los agujeros en los dientes”. El vocabulario –“restinga”, “luneta”, “lo que llaman pack”–, en combinación con una neutralidad forzosa en la que la primera persona se filtra (con miedo, pero también con alegría, como cuando, cerca de la costa, la rodea una danza de lobos marinos), produce en el lector el efecto de asistir a una instrucción sobrenatural. Ese atisbo de voz se desarrolla con detalle en “A veces pasa”, miniaturas verbales sobre el presente, el mundo y el peso creciente del pasado. “Pasar”, en todos sus sentidos y formas, es un término que aparece en muchos textos. Cuando no, lo reemplaza la palabra “veces”: “Nada sucede y nada ocurre, pero mucho pasa pasa”, “Un saludo para los días en los que no pasa nada más que ellos mismos” o, en recuerdo del buceo con lobos: “Ese fue el buceo más lindo de mi vida, pero a veces no pasa nada como eso”. Escritos con una concentración extrema y a la vez casi sin tema (si hubiera, quizá se convertirían en ejercicios de taller y no en pequeñas piezas líricas), los fragmentos, cerrados en sí mismos como ostras, dejan entrever una historia, protagonizada por Marina, excelente nadadora (el nombre contiene esa sílaba determinante: “mar”), exiliada de Bahía Blanca en Buenos Aires, lejos de la familia y sin deseos de formar una propia, que trabaja bien, aunque le paguen poco, con textos.

Durante un tiempo, la autora administró un blog llamado igual que el libro. Allí se podían leer textos trabajados con un procedimiento más poético que narrativo; la edición del libro, sin perder matices semánticos, suma una historia que “ondula” (para usar una palabra cara a la educación acuática) de forma discontinua. “Igual no sé, éstos eran poemas sobre la percepción que en su justeza me parecieron envidiables, la construcción de un universo fijo, sin fisuras, una fotografía, pero después pensé que yo estaba pensando desde la marejada...” Ars poetica encriptada en uno de los fragmentos, la frase describe el procedimiento por excelencia de la segunda parte: embellecer la inestabilidad.

Los “Cuentos de los días frágiles” retoman pistas: un jardín, una receta, un noviazgo (o varios) y una genealogía antes dispersa. Con un pie en la autoficción, que trabaja literariamente materiales biográficos y autobiográficos, y otro en discursos literarios donde se borrarían las huellas de la autora (el cuento de hadas para un proletariado migrante, las anécdotas familiares y la retrospección), las historias que cierran Lo que la gente hace heredan su propia fábula: “Es el contacto con algo demasiado concreto para ser contado, que después se apaga y se olvida y se expande de modos subterráneos, que modifica mucho tiempo después y para siempre las vidas de todos aquellos que tocó, como una ola”.

Lo que la gente hace
Marina Yuszczuk
Blatt & Ríos

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