Viernes, 13 de junio de 2014 | Hoy
COSAS VEREDES
El excelentísimo tenista británico Andy Murray anunció que su nueva entrenadora será una mujer (otra excelentísima, Amélie Mauresmo) y las reacciones –sexistas– del público no se hicieron esperar. ¿La historia de nunca acabar?
Por Guadalupe Treibel
El pasado marzo, tras dos años de exitosa sociedad, el tenista Andy Murray puso punto final a la relación laboral con su entrenador de origen checo Ivan Lendl. Desde entonces, el oriundo de Glasgow busca ocupar el puesto vacante para continuar profundizando la buena cosecha del último tiempo, cuando se convirtió en el primer británico en ganar Wimbledon después de 77 años, primero también en lograr el título Grand Slam desde que el legendario Fred Perry lo hiciese en el ’36, al imponerse al serbio Novak Djokovic en el Abierto de Estados Unidos de 2012. En miras de las pruebas enunciadas (y considerando que Andrew es actual número 5 en la clasificación ATP), cabe suponer que: a) el joven es un crack en la materia que b) conoce de pe a pa cancha y raqueta y c) sabe mejor que nadie qué requisitos debe reunir la próxima persona que lo prepare.
En los últimos días, de hecho, Murray eligió coach y comunicó su decisión, habiendo optado por alguien que no sólo alcanzó el puesto número uno en el ranking mundial; también ganó dos Grand Slam, consiguió medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 y la Copa Federación (por mencionar unos pocos laureles) y entrenó al medallista olímpico Michael Llondra y a la campeona Marion Bartoli, por citar algún que otro ejemplo. En otras palabras: AM tomó una óptima decisión, basada en la experiencia y a las sobradas pruebas que brinda el currículum. Así y todo, la indignación en las redes sociales no tardó en hacerse escuchar. ¿Le recriminaban al tenista haber contratado a alguien con pocas valía y capacidad? Pues, no. ¿Qué no tuviese a la altura de las circunstancias? Pff, menos que menos. La rabia, el arrebato e irritación de muchos usuarios de Twitter y Facebook fue provocada porque Andy cometió el terrible pecado de elegir... a una mujer como entrenadora. Más específicamente, a la francesa Amélie Mauresmo. ¡El horror!
Desde el anonimato que brindan las redes –fértiles para el gesto cobarde–, fue preocupantemente significativo el número de internautas que puso el grito en el cielo, propinándole tremendo pelotazo (simbólico) tanto a Murray –por su elección– como a Mauresmo –por ser la elegida–. Un mix de sexismo y misoginia en su punto álgido fue el resultante de mensajes y “jocosidades” varias, del tipo: “Me parece, por lo menos, raro que Andrew contratara a una mujer”, “¿¡A quién se le ocurre pensar que una chica puede mejorar el juego de un varón!?”, “Si contratás a una muchacha para que te entrene, nunca vas a volver a ganar un Grand Slam. Jaja”, etcétera. Otros invocaron la alta retórica para denostar a las mujeres atletas, poniendo entre signos de interrogación su feminidad: “La tipa se parece a mi papá mientras levanta mierda pesada”, “Pensé que Andrew había contratado a una mina; pero Mauresmo no parece una” o “¿Cuál es el problema en que haya convocado a Amélie? Ni que hubiera llamado a una mujer...” Otros fueron más piolas aún, recurriendo a chistes “tradicionales”: “Gran elección, AM. Me las juego que va a haber muchas cosas para limpiar o cocinar en el tour para mantenerla ocupada”. ¿No es para matarse de la risa? Por fortuna, los medios no acompañaron el derrotero, aunque sí reaccionaron con argumentos de diverso calibre.
“Murray no está tratando de convertirse en un ‘icono feminista’ o ‘de encontrar su toque femenino’, como muchos reportes han idealizado. Sencillamente quiere ganar más campeonatos. Es mera lógica para él; evaluando la evidencia, supuso que Mauresmo tiene suficiente experiencia, talento y habilidades para llevarlo a la grandeza”, ofreció una atinada periodista de The Telegraph, que luego destacó el gesto digno de subrayado: darle a la mejor persona para el trabajo, el trabajo, independientemente de su sexo, color de piel, de cabello, raza...
En palabras de Andy: “Estoy entusiasmado por las posibilidades de esta nueva sociedad, en especial porque Amélie es alguien a quien siempre he admirado. Ella ha tenido que lidiar contra la adversidad en numerosas ocasiones durante su carrera, siendo una jugadora espléndida, habiendo ganado grandes títulos, Wimbledon entre ellos”. Por fortuna (por fin, un respiro), muchos expertos/as piensan lo mismo y se concentraron en lo que realmente importa: el tenis.
El suizo Roger Federer, por ejemplo, manifestó que la colaboración le parecía “muy interesante; excelente, incluso”, asegurando que Murray tiene historial en pensar por fuera de las estructuras. Otro excelso, el francés Paul-Henri Mathieu, dijo haberse sorprendido porque, en el terreno competitivo/profesional, “esto rara vez ocurre”: “Quizá, de aquí en más, veamos que comienza a pasar con más frecuencia. Me gusta que Amélie entrene a Andy. Creo que puede renovar nuestro deporte”. Nathalie Dechy, otrora número 11, expresó su alegría con palabras de aliento: “Felizmente en este 2014 hay jugadores que observan la experiencia antes de detenerse en el género”. La serbia Ana Ivanovic, por su parte, se deshizo en elogios hacia Andy. Y siguen las citas... Con lo cual, hoy más que nunca: mejor escuchar a los que saben.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.