Viernes, 15 de mayo de 2015 | Hoy
EL MEGáFONO
Por Mariela Belski *
Una niña de diez años concurrió, el 21 de abril, al Hospital Materno- Infantil de Trinidad, en Paraguay, quejándose de dolores de estómago. Allí detectaron que estaba embarazada, luego de haber sido violada por su padrastro. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud sostiene que un embarazo supone riesgos específicos para las niñas, cuyos cuerpos aún no están totalmente desarrollados, el Estado paraguayo todavía no accedió a garantizarle a la niña el acceso a un aborto. Lo paradójico del caso es que la madre, que pidió expresamente que se interrumpiera el embarazo de su hija por el alto riesgo para su salud y su vida, fue detenida el 27 de abril, acusada de haber incurrido en falta de cuidado debido y abuso sexual en grado de complicidad. La nena, fue enviada a un hogar de “niñas madres”.
En Paraguay, el aborto sólo se permite cuando la vida de la mujer o la niña embarazada corre peligro. En cualquier otra circunstancia, incluso cuando el embarazo es resultado de violación o incesto o cuando el feto sufre una malformación grave, el aborto no está permitido. Paraguay ya fue intimada a revisar y modificar su legislación sobre el aborto para garantizar su compatibilidad con otros derechos, como el derecho a la salud y a la vida, en marzo de 2015, por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. De acuerdo al derecho internacional, el Estado tiene en estos casos obligaciones ineludibles y debe garantizar el derecho a la vida, la salud y la integridad física y psicológica de la niña. Se trata de una niña de diez años abusada que hoy tiene que llevar adelante un embarazo forzado mientras Paraguay mira hacia otro lado.
Desde Amnistía Internacional estamos llevando una campaña global que invita a firmar una acción urgente a todos aquellos que quieran colaborar y pedir junto a nuestra organización al presidente paraguayo, Horacio Cartes, y a su ministro de Salud Pública, se asegure el acceso a toda la información y servicios médicos posibles para manejar este embarazo de alto riesgo y producto de una violación, incluida la realización de un aborto, y que se realice una investigación independiente e imparcial sobre la violación de la niña.
El mundo está mirando a Paraguay. Esta semana, en Ginebra, expertos de las Naciones Unidas emitieron un pronunciamiento por el cual instan al Estado paraguayo a respetar el interés superior de la niña y a cuidar su vida y salud. Llamaron a atención respecto a que no se hayan tomado medidas para proteger a la niña, que venía siendo abusada por su padrastro desde 2014, como su madre lo había denunciado. Lo que pasa en Paraguay hoy es un ejemplo de lo que está sucediendo en varios países de nuestra región.
Para más información y firmar la acción http://www.amnistia.org.ar/nenaenpeligro
* Abogada, master en Derechos Humanos en la Universidad de Essex y directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina
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