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Viernes, 31 de marzo de 2006

CONSEJITOS DE MARU BON BON

Neutralice los efectos de una acción por demás breve

Amiguete/ta/s de lo/la ajeno, lo/la propio, lolas en general y partes de todo/a tipa/o y factor. Es a demanda de Uds. que necesito poner las barbas en remojo para ofreceros salidas rápidas a crisis que se instalan. Y, vaya contrasentido, justamente por su brevedad. Sabemos todos, todas y todis que la vida moderna nos lleva por carriles símil autopista, pero ¡ojito, ojazo, ojerosos/osas! Que una/no pueda echarse un rapidito no quiere decir que rapidito alivie a todas las partes en cuestión, ni que esa actitud deba convertirse en escuela, ni que podamos convertir necesidad y urgencia en virtud, porque la virtud está del lado del esfuerzo y jamás del logro individual, a no ser que Ud. esté individualmente solo/la/le y en ese caso hace lo que le plazca. Mal de nuestros tiempos, el apuro/la precocidad suele ser peor que correr como burro/a tras la zanahoria que cuelga del palito, sobre todo porque en estos casos la zanahoria suele colgar como si no hubiera palito. Pero, amigo/ga/guetes, Uds. pueden ayudarse a sí misma/o/s.

1

No intente quedar bien (sobre todo cuando ya quedó mal): hay que ser generosas/os amigas/os, hay que pensar en el/la prójima/mo, que ve más allá del instante. Si el señor de marras (porque, sí, ellos suelen tener el inconveniente) ya enfundó cuando Ud. apenas empezaba a sentir un leve rojor en sus mejillas, tenga la delicadeza de manifestar su descontento. Son demasiados los que se amparan en la vergüenza ajena y siguen prometiendo lo que nunca cumplirán. ¡Justicia!

2

De cómo el bidet cumple lo que promete: está bien, Ud. no tiene ganas de enfrentar al caballero con su problemita. Ud. sólo tiene ganas de aliviar sus partes, porque no hay otra manera de darle una nueva oportunidad a la paz (sabemos lo que hace la ansiedad con las mejores intenciones). Todavía queda la chance de que él vuelva con renovados bríos. Entonces Ud. se retira delicadamente al baño y deja que el agüita insista ahí donde antes ha sido abandonada/o.

3

De cómo evitar que la parte llegue al punto sin que el punto haya llegado al final: la palabra, amigas y gos, es una... una bella, delicada y nunca bien ponderada palabra: ¡histeria! Que te doy, que no te doy, que vení, que no, que con ropa, que sin luz, que con música... No sabemos si esto hará que el momento sea placentero, pero al menos será duradero.

4

De cómo un viejo mito puede recuperar vigencia: ¿de qué hablo? ¡De la virginidad, amigas/migos/guetes! Niéguese, apriete las piernitas, pose sus posaderas en sitios inexpugnables. Aunque hay quienes abandonan el juego aun sin haber entrado en túnel alguno, siempre hay esperanza cuando quedan puertas por abrir. La pacatería ha sido fuente de innumerables diversiones, ¡cultívela y descubra nuevas recompensas!

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Una ansiosa y desolada joven grita de asombro frente a la velocidad desplegada por quien fuera su amante (hasta que le pregunto si le habia gustado).
 
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