MONDO FISHON
› Por Victoria Lescano
Empezó el conteo final para apreciar el centenar de obras del artista japonés Yoshitomo Nara que el Museo Asia Society exhibe hasta el 2 de enero de 2011 tanto en su locación de 725 Park Avenue como en su página web. Lo primero que cautiva para quienes lo visitamos online son las gigantografías de niñas esculpidas en fibra de vidrio blanco y que resumen una silueta en boga con trazos del manga, el animé y las arbitrariedades de la moda japonesa dispuestas en los jardines.
Bajo el título Nobody’s Fool, tomado prestado de una canción de Dan Penn, la muestra reúne un centenar de obras de este cultor del Neo Pop nacido en Japón en 1959. Una y otros fueron agrupados en tres categorías: de la soledad de la infancia y la adultez, los miedos adultos e infantiles, pasando por la rebeldía y para concluir con citas a la historia del rock. En palabras de los curadores, Melissa Chiu y Miwako Tezuka: “Enfatizamos las conexiones entre la obra del artista y la sensibilidad de la cultura joven, haciendo foco en la rebeldía, la alienación y la cultura del rock y del punk”. Célebre por hacer un manifiesto estético de los flequillos de trazos naïf tomados de The Ramones, Peggie Moffit y Los Beatles, con citas al manga de impronta Mujercitas o los primeros cortos de Tim Burton (muchos de sus personajes muestran heridas tuneadas con bandas protectoras). El inicio de la muestra remite a memorias y sueños de la infancia y la adolescencia del artista, transcurridas en un pueblo rural y sin conocimientos de la historia del arte.
Nara lo afirmó en una entrevista del libro que acompañó y celebró los inicios de la muestra (hacia fines de septiembre, en Nueva York). Sus personajes hacen apología de la infancia freak y de los mejores amigos imaginarios (niños heridos, niños mitad humanos, mitad personajes de algún comic). Por sobre todas las cosas, exalta el amor por las mascotas de extraños trazos. Tanto en la infancia solitaria en su hogar de Japón como en un viaje para estudiar arte en Alemania, Yoshitomo definió los trazos de ese estilo encantador y diabólico sobre sus modos de relacionarse con el mundo.
Aunque la representación del hogar es otra constante en sus trazos aniñados y con matices punk: de ahí que en la muestra, y con colaboraciones de Hideki Yoyoshima, se armó un simulacro de casa embrujada para exhibir a muchas de las niñas que proliferan en su obra, junto a sus amigos perros y amigos gatos.
También afirmó Nara al periódico The New York Times: “Considero que una parte mía cita el mundo de las niñas; de grande supe que cuando nací mis padres anhelaban a una hija mujer, pues antes de mi nacimiento había muerto una mujer; pero ella está presente en mi obra”, esgrimió el artista de cincuenta años que luce notoriamente más joven, pues afirma no tener arrugas en la mente.
El adulto niño conserva una colección de juguetes infantiles en su estudio de Tokio y en el hogar que comparte con su esposa, y donde no hay niños sino obras sobre el mundo infantil. Salto al apartado del rock según Nara: niñas que prometen rockear, citas a portadas de The Yardbirds, The Rolling Stones, King Crimson, un paneo por su colección privada de vinilos y sus pinturas como arte de portada de la banda japonesa punk Club Star. Pero vale rebobinar al apartado “Fantasmas”: allí proliferan las niñas de una luminosa casa encantada, donde Hello Kitty siempre será bienvenida.
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