La iconoclasta camisa de trabajo Ombú, realizada en gabardina liviana y cuyas señas particulares son: morfología simple, tonos celestes, 154 gramos de peso, 160 centímetros de ancho y ciento por ciento algodón sumó a su bastidor la etiqueta celeste y blanca en tipologías negras, con el slogan “Compromiso Social Compartido”.

Quienes asistieron al anuncio de tal compromiso, celebrado desayuno mediante en las oficinas de Ombú del microcentro y con la presencia tanto del líder del proyecto Fernando Raddavero, cuanto de Gilberto Stocche –responsable de la filial Tavex–, quienes posaron junto a los percheros exhibidores de las prendas y a una pequeña plantación de ombúes bonsai que un rato más tarde dispararían escenas dignas de un capitulo de Seinfeld entre quienes intentarían cruzar una marcha de los flancos del Partido Obrero con tales arbolitos en su brazos.

El anunció remitió a la flamante certificación otorgada por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que garantiza que en su vasta cadena de producción las prendas Ombú están exentas de “trabajo en negro”, “trabajo esclavo”, “trabajo forzado” y “discriminación”; otro destacado es que el caso Ombú representa la primera y única firma de indumentaria que recibió tales certificaciones.

La emblemática ropa de trabajo surgió en 1945 y de su trama de básicos fue precursora la camisa, le siguió el pantalón de cremallera circa 1959 y ya en 1980 se sumarían tanto el mameluco overol como la campera de líneas rectas. Entre 1990 y 2000 relanzaron la bombacha campera, sumándole una guarda pampa, al tiempo que al pantalón con botones le aplicaron cierre, por pedido expreso de los usuarios trabajadores que pedían mayor durabilidad.

Su listado de camisas de trabajo, las variedades en sarga mediana –190 gramos y tono azul marino–, en sarga pesada –verde oliva y gramaje estipulado de 264 gramos–. O ya el tejido Nebraska, de 425 gramos, disponible en tonos de beige. Pero la carta de colores de la firma que en la Argentina fabrica textiles en su planta de Famaillá, situada en Tucumán, y donde 900 empleados elaboran la tela para Ombú y también el denim para el segmento moda de la firma, admite el blanco, el negro, el naranja flúo, el verde esmeralda y el amarillo.

Desde Tavex Argentina enfatizaron la realización de un plan de inversiones por cinco años para la renovación y ampliación de la capacidad instalada (y que se suman a la inversión inicial de 60 millones de pesos para las mejoras de la planta).

Unos días después del anuncio oficial, desde el INTI agregaron acerca de tal certificación y los procesos implícitos que “se trata de un programa de certificación voluntaria que promueve óptimas condiciones laborales y ambientales, y garantiza transparencia en todos los eslabones que integran la cadena productiva. Porque de acuerdo con estadísticas sectoriales, el trabajo no registrado en el sector de indumentaria supera el 70 por ciento”. Advirtieron que la certificación en cuestión remite a mejorar las condiciones del sector indumentaria desde un método que exige a la empresa evaluar tanto sus talleres como a los proveedores y licenciatarios exclusivos, además de contar con un sistema de gestión para sostener y renovar el compromiso.

Añadieron “que la entrega de la primera certificación fue el resultado del trabajo que llevó adelante un equipo multidisciplinario compuesto por miembros de Centro INTI-Textiles, el Organismo de Certificación, la División de Seguridad e Higiene y los Programas de Extensión y Ambiente del INTI, que asesoraron y acompañaron durante cuatro años a la casa matriz, a los licenciatarios y a los talleres que participan desde la elaboración de las prendas (camisas, pantalones y mamelucos de trabajo) hasta su comercialización”. Y que las rigurosas auditorías fueron realizadas por ingenieros industriales, abogados, expertos en seguridad e higiene y profesionales de las ciencias sociales.

http://inti.gob.ar/textiles/compromiso.htm