EL MEGáFONO
Cuestión de conciencia
(a propósito de la celebración en el Congreso de la Nación del Día del Niño por Nacer, instaurado por el decreto-ley 1406/98, de Carlos Menem, en el que Graciela Römer presentó resultados de una encuesta sobre el derecho al aborto y fueron homenajeados Lita de Lázzari y Mario Socolinsky.)
Por Martha Rosenberg*
A los niños por nacer, las que los hacen nacer son las mujeres. Muchos embarazos no son “niños por nacer”. Para serlo tienen que estar prefigurados como hijos en la imaginación de una mujer que accede a que “eso” se transforme en niño/hijo gracias a su inversión de energía material y de deseo, en una construcción que, a su vez, la transforma en madre. Los niños por nacer son correlativos de las mujeres por parir. Y no todas quieren o pueden. Ninguna voluntad estatal puede reemplazar la voluntad de la mujer en esta situación: nadie tiene derecho a decidir sino ella. Estas decisiones forman parte del ejercicio de su ciudadanía. Que sin dominio sobre el propio cuerpo queda reducida a una ficción.
Hay que denunciar la vocación totalitaria de este “día”. Hacia la mujer, por forzarla a la maternidad. Hacia los/las hijos/as, por negarles el derecho y la necesidad de ser concebidos y gestados –por la madre y el padre– como realización de un proyecto deseado y no como un destino biológico deshumanizado.
Ninguna supuesta objetividad estadística (como la de la encuesta de Römer) sirve para eludir la cuestión ética de que la maternidad debe ser una decisión propia de cada mujer y justificar que gran cantidad de mujeres no acceden a esta calidad. Y los sufrimientos que esto causa en las dos puntas del vínculo materno-filial.
Creo que me deslicé de estos mensajes a la discusión sobre maternidad, perdonen, pero están relacionados.
En esta convocatoria, creo que además hay que señalar el carácter de intromisión religiosa en el ámbito parlamentario.
Felicitemos a la mujer que no abortó pese a las recomendaciones médicas: pudo hacer lo que en su conciencia era mejor para ella. Todas tenemos ese derecho. Nuestras conciencias merecen el mismo respeto.
* Integrante del Foro por los
Derechos Reproductivos