ARQUETIPAS
la televisiva
Por Sandra Russo
–Me está pasando algo tremendo.
–¿Qué?
–Veo Moria. Veo Gran Hermano. Veo Rumores.
–No entiendo.
–¿No entendés? ¡Veo toda esa bosta!
–Pero si la ves, es porque te gusta.
–¿Cómo te parece que a mí me puede gustar eso?
–¿Y para qué lo ves, entonces?
–No sé, imaginate: me voy al living con el libro...
–¿Qué estás leyendo?
–Nada, ¿no te digo? ¡Si me lo paso viendo bosta!
–Bueno, pero te pregunto qué libro te llevás al living...
–Ah, un ensayo de Derrida.
–Ah, bueno, así cualquiera se engancha con Moria.
–No, no sabés, no sabés lo que son esos programas. No sabés lo ordinarios, lo vulgares, lo estúpidos que son.
–No me cabe duda. Pero por ahí necesitás distraerte.
–No sé qué me pasa. Voy al living con el libro... y te juro que el control remoto me llama.
–¿Cómo te llama? ¿Por tu nombre?
–No seas idiota. Esto es serio. No me puedo concentrar. Y no se lo puedo contar a nadie, ¿te das cuenta? ¿A quién le puedo contar que estoy por leer a Derrida y termino viendo Confianza Ciega?
–A mí. Me lo estás contando.
–Pero jurame por tus hijos que no sale de acá.
–Te juro.
–No, te juro no. Por tus hijos.
–Ay, Norma...
–Por tus hijos.
–Bueno, te juro por Karina y Miguelito que no se lo cuento a nadie.
–¿Estaré estresada? ¿Estaré entrando en una fase melancólica?
–¿Y qué te engancha de esos programas?
–¡Nada!
–Norma, algo te enganchará.
–¡Pero cómo me va a enganchar esa pelotudez!
–¿Todos los días mirás?
–...Sí.
–Ahá. Como tu mamá.
–Es cierto.
–Norma, yo creo que ahí hay algo no resuelto, ¿eh? Además ahora usás mocasines, ¿te diste cuenta?
–No, ¿mocasines?
–Sí, la última vez te vi con mocasines, como tu mamá.
–No me digas.
–Sí. Yo buscaría por ahí, ¿eh?
–OK. Lo voy a pensar.