Soplan las velitas disfrazadas de princesas, se pintan con los maquillajes de princesas, hilan las pulseritas de princesas, hablan por teléfono de juguete jugando a ser princesas en teléfonos de princesas, miran dvd de princesas (acaban de reeditar en celebración de su 55º aniversario la peli de Cenicienta), hacen de princesas, piden ser princesas, quieren accesorios de princesas y hasta si se lastiman se ponen curitas de (o con) princesas. En el mercado infantil para nenas chiquitas el merchandising pringoso de rosa, brillantes y coronitas es un boom. ¿Un sueño inocente?

“La moda de las princesas responde a un exceso de la sexualización precoz en las nenas –advierte Irene Fridman, del Foro de Psicoanálisis y Género-. Hay que hacer un alerta ideológico de lo que se está fomentando. Si hay una diversidad de modelos, no hay problema, pero si sólo se propone un modelo de mujer mantenida y objeto de deseo y no sujeto de sus deseos la sobredosis de princesas puede no ser un juego.”

Karina Felitti es una historiadora especializada en género y también mamá de una “princesita”, por eso su diagnóstico es agudo y realista a la vez. “Sabemos que el modelo de la princesa es bastante antiguo, jóvenes bellas que cantan y bailan mientras esperan que llegue su príncipe azul. El asunto es que las princesas (y la realeza en general) del mundo actual cada vez se parecen menos a las imágenes que presentan los cuentos infantiles –diferencia–. Y parte de estos cambios sociales y culturales más generales se reflejan en los productos del mercado. Y aunque las princesas siguen condensando los atributos de la feminidad (belleza, coquetería, entrega y domesticidad), por ejemplo, Disney ahora incluye dentro de la categoría princesa modelos bien diferentes como Mulán (una mujer que se disfraza de varón para luchar en la guerra) y Pocahontas (una heroína indígena). En base a estas nuevas historias podríamos pensar que algunas princesas han sufrido y batallado bastante para ocupar el lugar que ocupan, y las niñas que ven esas películas lo saben.”