Viernes, 5 de mayo de 2006 | Hoy
OTRA MIRADA
Por Elena Reynaga / Ammar Nacional - CTA.
“Nuestra posición de considerarnos trabajadoras sexuales es la de un montón de compañeras: somos 3700 afiliadas, con 15 filiales organizadas en todo el país. Esto es algo que nosotras discutimos y profundizamos y llegamos a la definición de que se trata de un trabajo digno porque es lo que nos dio a muchas la posibilidad de darles educación y vivienda digna a nuestros hijos.
“En cambio, la idea de estar en situación de prostitución creo que pone a las mujeres en situación de víctima y eso permite que otros hablen en nombre de ellas como pobrecitas. Nuestra concepción desde siempre fue: ‘No me des el pescado, sino enseñame a pescar’. Nosotras crecimos, nos empoderamos y nos afirmamos como trabajadoras. Con esto no estamos diciendo ‘viva el trabajo sexual’, sino que creemos que esta es la mejor manera de organizarnos mientras consigamos el país democrático que todos queremos. Es también esta forma de organizarnos la que nos permite opinar y decidir para que no legislen en nuestro nombre y sin consultarnos. Organizadas como estamos, hemos logrado parar la represión en la ciudad de Buenos Aires. Pero lo que antes pasaba acá sigue sucediendo en las provincias. En Mendoza, aún se cumplen 50 días de arresto por ejercer trabajo sexual en la vía publica. En Salta y Jujuy logramos un poco de paz por acuerdos políticos, pero en el Chaco las trabajadoras sexuales sufren terriblemente. En Buenos Aires siguen siendo detenidas y coimeadas por los proxenetas que defienden su negocio. Contra los proxenetas deberíamos estar todas de acuerdo. Estamos en contra del proxenetismo. Nosotras somos un sindicato autónomo, sin patrones. Esperamos que el sindicato con la personería legal logre la fuerza institucional para denunciar todos los prostíbulos y las personas que viven de las compañeras.
“Creemos que la prostitución se ejerce de diferente maneras, no sólo genitalmente, sino también intelectualmente. Y que no es sólo una cuestión de mujeres, sino también de hombres. A veces elegimos representantes que ejercen la prostitución intelectual, vendiendo el patrimonio público.
Me parece importante que no se entienda como que hay un sector radical que se considera mujeres en situación de prostitución frente a otro que se considera trabajadoras sexuales. El concepto de mujeres en situación de prostitución no es un pensamiento propio ni inventado en Argentina; es un término de las feministas abolicionistas que son quienes vienen peleando contra nosotras.
“Democracia es respetar lo que nosotras mismas definimos. Queremos que nos reconozcan como sujeto de derecho y no como objeto de investigación. No hace falta que nos interpreten ni nos estudien otros para entender por qué estamos paradas en la esquina.”
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