La mayoría de lo que se ve en la televisión muestra que no hay una mínima conciencia de género, pero tampoco de respeto a las minorías. Y ni siquiera minorías. De lo contrario, a Jorge Lafauci (en su participación como jurando de la versión mexicana de Bailando por un sueño) no se le hubiera ocurrido decir que “los mexicanos son feos” mientras él está de invitado a ese país. Este incidente, en realidad, muestra que no existe conciencia sobre cómo manejar el respeto por el dolor, la diferencia, o las minorías sean de género, de nacionalidad o de religión. Y que en los medios locales es natural bardear al otro. Otra evidencia del machismo que circula muy habitualmente en los noticieros es la expresión “víctimas inocentes” lo que nos viene a confirmar que el sistema admite “víctimas” de las otras, lo cual es alarmante.

Sin embargo, el problema no se soluciona con regulación (ya tenemos pruebas en otros ámbitos, que siempre es más negocio pagar multas que cumplir con la ley de radiodifusión) ni con el cupo, porque si bien las mujeres siguen siendo minoría en la mayoría de los programas, muchas de las que están no tienen respeto por el género. Basta ver los programas de panelistas en donde las mujeres suelen hacerse cómplices de los comentarios discriminatorios de sus colegas masculinos.

Lo que tiene que llamarnos a reflexión es por qué la sociedad en general, y los jóvenes en particular, naturalizan la discriminación o la incitación a la violencia. En este momento hay una publicidad de Internet que dice que si se llega a tal cantidad de abonados “se le dará una cachetada a un mimo”. Este recurso, que ni siquiera es cómico, sólo se explica si existe una sociedad que tolera una broma con un golpe al otro. Sería bueno que existiera mayor conciencia de lo que significa la discriminación, no en los medios, donde aún la mejor campaña sería apenas un mensaje entre una maraña de ideas en el sentido contrario, sino en la escuela. Debería estimularse desde temprana edad la integración, la toma de conciencia de las expresiones descalificatorias y la ventaja que significa vivir en una sociedad donde existe respeto hacia todos.

* Directora de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) y autora de los libros La mujer del medio y El periodismo urgente.