Viernes, 9 de octubre de 2009 | Hoy
Por Martin Becerra *
“Yo no pago” es una convocatoria a hacer consciente la complicidad de quien paga en un circuito de explotación y alienación –corporal y espiritual– del “objeto” pagado. Esa transformación de un sujeto en objeto también modifica la entidad de quien paga, enajenándolo, convirtiéndose en un “otro” diferente a sí mismo, un “otro” que explota y que alimenta un circuito de sometimiento, de vínculos mafiosos y de lesiones severas a la dignidad de las personas.
Hay quienes, como el psicoanalista Juan Carlos Volnovich, han indagado en las zonas más incómodas y silenciadas de la prostitución: las que confirman que muchas personas (muchos varones) fabrican y realizan su deseo en contextos de relaciones humanas prostituidas y prostituyentes.
Sin embargo, por afuera del mundo de la prostitución, hay una relación económica que generalmente no se expresa mediante el pago directo, en los vínculos de las parejas. “Dar y recibir” es, esencialmente, una ligazón de carácter económico. ¿Cómo evitar la explotación y el sometimiento (por la fuerza del dinero, de la conveniencia, de la costumbre) en estas otras relaciones? ¿Cómo establecer contornos que impidan que estas relaciones de pareja sean, también, colonizadas?
* Doctor en Comunicación, investigador del Conicet, profesor de la Universidad Nacional de Quilmes y coautor del libro Los dueños de la palabra.
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