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1 La sexualidad. Las mujeres son pura sensación, se dejan llevar mucho más; los hombres somos mucho más básicos y concretos. Eso me da curiosidad y a veces un poco de envidia.

2 La tiranía de la belleza, la delgadez y la juventud. Esa debe ser una de las cosas más difíciles de ser mujer en esta sociedad. No soportaría la presión de ser evaluada sistemáticamente por esos factores.

3 Mis superiores, en los trabajos, siempre fueron mujeres, así que, en mi caso, no podría referirme a lo laboral. Sé que estamos en una sociedad machista, aunque creo que el género no deja de ser un factor más en la vida de las personas. Yo resignaría todos los privilegios que me da el hecho de ser hombre, aunque, al menos según mi experiencia, creo que esos privilegios no son tan determinantes.

4 Nunca. Un no es un no; a veces duele, a veces incomoda, a veces fastidia, pero siempre hay que bancárselo. ¿Qué otra cosa se puede hacer?

5 La última palabra la debería tener la mujer. Si la mujer quisiera continuar el embarazo y el hombre no, habría que continuarlo. Y si fuese a la inversa, habría que interrumpirlo. El hombre y la mujer (o el papá y la mamá) tienen un mismo nivel de importancia, pero el cuerpo y la decisión final son de la mujer.

* Escritor