FúTBOL › MAÑANA SE VIENE LA SEGUNDA
Buscando aire en Venezuela
Buscando aire en Venezuela
Argentina busca la recuperación tras el desencanto ante Chile. Con certezas de buen juego y algunas dudas por ciertas vacilaciones en el funcionamiento, el equipo de Bielsa tiene aún todo el crédito.
› Por Ariel Greco
Casi sin tiempo de olvidar el frustrante empate ante Chile, la Selección Argentina ya tiene la mente puesta en Venezuela, el rival al que debe superar mañana para no provocar un clima problemático apenas iniciado el camino rumbo a Alemania 2006. Con algunas certezas que se confirmaron en el encuentro ante los trasandinos, pero también con varias dudas que se potenciaron tras la igualdad, el conjunto de Marcelo Bielsa sabe que no puede resignar puntos de entrada para no complicarse en una clasificación que pinta más complicada que el trámite que resultaron las anteriores.
Teniendo en cuenta que el fixture de las Eliminatorias es el mismo que el de la edición anterior, la comparación de ambos torneos muestra que Argentina fue el gran perdedor de la primera jornada. De la goleada 4-1 con que despachó a un equipo que mostraba a Marcelo Salas e Iván Zamorano en el ataque, el conjunto de Bielsa ahora sólo pudo rescatar un punto. Por el contrario, Brasil dio muestras de su poderío en Barranquilla y se llevó una gran victoria, con una imagen muy diferente de la que había dejado en aquel 0-0 del arranque de su camino a Japón y Corea.
También los ganadores que repitieron en esta primera jornada –Uruguay, Perú y Ecuador– exhibieron un rendimiento más convincente que en aquella ocasión. Los uruguayos cambiaron radicalmente del ajustado 1-0 del 2000 al 5-0 con que ayer despacharon a Bolivia. Perú también había vencido a Paraguay, pero el 4-1 del sábado luego de ir perdiendo 1-0 abrió muchas más ilusiones que aquel triunfo de las Eliminatorias pasadas. Lo de Ecuador fue similar, ya que ambos partidos los superó con solvencia, sin deslumbrar.
Más allá del resultado propio y de los ajenos, Argentina dejó varias certezas en su juego. Con la presencia de Juan Sebastián Verón como volante central, el equipo ganó seguridad en la tenencia de la pelota. Además, se convirtió en el administrador perfecto para abastecer a los mediocampistas creativos. Y en esa función, Andrés D’Alessandro y Pablo Aimar demostraron que juntos se potencian y que pueden conformar una sociedad que genere juego y desequilibre a cualquier defensa. Otra virtud que exhibió el conjunto de Bielsa fue la aparición de César Delgado, que siempre se mostró como alternativa para desbordar por la derecha.
Un déficit que volvió a evidenciar Argentina, y que por momentos hizo recordar a los peores momentos del Mundial, fue la falta de peso en el área rival. La mismas críticas que generaba la tarea de Gabriel Batistuta se repitieron con la labor de Hernán Crespo. Sin posibilidad de aprovechar las maniobras que armaban sus compañeros, a contramano de lo que proponía el equipo, el actual delantero del Chelsea fue uno de los puntos más flojos de la formación. Claro que hay un dato que no se puede pasar por alto. En los veintipico minutos que estuvo en la cancha Javier Saviola, su reemplazante, tampoco consiguió tener demasiada conexión con los restantes atacantes. Teniendo en cuenta los cambios de nombres y de características en la posición, ya se puede suponer que el inconveniente no pasa por los jugadores sino por un problema de funcionamiento.
En cambio, las falencias defensivas son más atribuibles a una decisión de atacar la mayor parte del tiempo y destinar mayor cantidad de futbolistas a esa función que a la de obstruir al rival. Y es muy probable que los errores que Argentina pagó caro ante Chile no se repitan en algún otro partido. Dos llegadas, dos goles en contra es un lastre muy difícil de superar para cualquier equipo. Para el encuentro de mañana, Bielsa deberá reemplazar al suspendido Walter Samuel. De acuerdo con los antecedentes, el principal candidato es Diego Placente.
La próxima prueba es Venezuela, con la dificultad que representa todo partido en el que los tres puntos se computan de antemano. Es claro que hay mucho más para perder que para ganar pero, por la reacción que tuvo la gente en el Monumental, este equipo tendrá que acostumbrarse a esa situación. No le queda otra opción.