FúTBOL › INDEPENDIENTE GANO CON UN GOL DE PENAL DEL VOLANTE ROSARINO
Con Quinteros, cosecha roja
La victoria sobre Olimpo fue merecida, porque el partido fue casi un monólogo, pero al equipo de Avellaneda le costó conseguirla a causa de su falta de contundencia y del cansancio evidenciado por los futbolistas locales, que venían de jugar 72 horas antes por la Copa. Pastoriza prometió que contra Colón van a jugar mejor.
Con algunas insinuaciones colectivas y unos pocos arrestos individuales, Independiente derrotó a Olimpo por 1-0 en Avellaneda y volvió así al triunfo en el Clausura. Si bien el equipo de Pastoriza obtuvo una merecida victoria ente un deslucido rival, mostró algunas dudas en la línea defensiva y careció del suficiente peso ofensivo para liquidar un partido que se le presentó como muy favorable. Quinteros, con un penal, marcó el único gol del encuentro con lo cual Independiente sumó tres puntos que lo dejan a ocho unidades del líder Talleres y le permiten recuperar algo de protagonismo en el campeonato local, que había descuidado en detrimento de su participación en la Copa Libertadores de América.
El partido fue casi un monólogo de Independiente. El tempranero gol les permitió a los dirigidos de Pastoriza ganar confianza e imponer su propio ritmo al trámite del cotejo. Apoyándose en el buen manejo de sus volantes, Manso, Hugo Morales, Leonel Ríos y Quinteros, que manejaron con buen criterio la pelota, los locales se hicieron dominadores de las acciones del partido, pero sin embargo carecieron de dos condiciones fundamentales para ampliar el marcador: contundencia y precisión para generar peligro en el aérea rival. Jairo Castillo, como en anteriores presentaciones, quedó demasiado solo y, aunque puso empeño, no pudo vulnerar a la línea defensiva del elenco bahiense. Un centro de Manso, tras una corrida por izquierda, que el colombiano no pudo conectar de cabeza, fue la situación más clara que tuvo el primer tiempo.
Olimpo fue un equipo vertical y previsible que tuvo como único argumento de ataque los pelotazos frontales para delanteros: Duré y Galván. Así, dio la impresión, al finalizar la primera mitad, que Independiente podía liquidar el pleito con facilidad si apretaba un poco el acelerador y afinaba la puntería.
Sin embargo, en el complemento, se dedicó a regular, tal vez como una forma de preservar el estado físico de sus jugadores que 72 horas atrás habían jugado un importante partido de Copa Libertadores ante Nacional de Montevideo en el estadio de Avellaneda. Independiente se retrasó y Manso, durante los quince minutos que permaneció en la cancha, manejó los contragolpes del equipo y colocó dos formidables asistencias a Castillo, que no pudo aprovechar. Tras la salida del hábil volante rosarino, la función creativa descansó en Leonel Ríos y Hugo Morales, pero éstos ya no pudieron volver a crear peligro.
Olimpo siguió preso de su propia intrascendencia. Con el propósito de revertir la historia y crear alguna situación de peligro, Saporiti mandó a la cancha al mediocampista Leonardo Mas, cuando faltaban veinte minutos para que terminara el partido. El jugador mostró algunas buenas intenciones, pero le faltó acompañamiento como para desequilibrar. En definitiva, la situación más peligrosa de los visitantes fue una salida en falso de Navarro Montoya, en el único error que cometió en el partido, quien no pudo atrapar una pelota que pasó frente al arco y se fue por la línea final.
Así, el partido se fue diluyendo, mientras Independiente cuidaba sus fuerzas y Olimpo hacía cada vez más ostensible su impotencia para revertir la historia. Al final, el conjunto de Avellaneda obtuvo una victoria indiscutida que, si bien no alcanzó para despejar las falencias que los dirigidos de Pastoriza vienen mostrando desde hace varios partidos, sirve para sumar y para templar el ánimo de un plantel que necesita recuperar protagonismo en el fútbol local después de sus incursiones coperas.
Comentó: Leonardo Castillo.
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