FúTBOL › LA CLARA Y CONTUNDENTE VICTORIA ANTE TALLERES POR 3 A 1
Boca lo hace todo fácil
La tarde venía con nubarrones para Boca porque en el arranque Osorio marcó un gol de carambola tras un error compartido entre Cascini y Abbondanzieri, pero la potencia ofensiva de Tevez y compañía hizo salir el sol y el gol. El 3 a 1 del primer tiempo marcó también el final porque en el segundo período no pasó nada. El cuadro de Bianchi es ahora el único invicto.
Por Juan José Panno
“Je, se acabó la mentira de Talleres”, dijo, canchero, el pibe mientras bajaba las escaleras de las plateas de Boca. “Talleres no es una mentira; Boca es una gran verdad”, lo corrigió el padre, políticamente correcto, bajándole línea. No estaba errado el veterano: el equipo de Bianchi anda muy derecho, hace fácil lo difícil, maneja los tiempos y los espacios según sus conveniencias, y tiene individualidades desequilibrantes.
Talleres –que había llegado a la Bombonera luciendo orgulloso la punta y enarbolando las banderas del orden, la disciplina táctica, la solidaridad y la potencia de sus hombres de punta– fue un rival digno, hizo todo lo que pudo, pero terminó hundido en la impotencia cuando descubrió en el segundo tiempo que se le habían clausurado todos los caminos hacia el arco de Abbondanzieri. La pretendida discusión de moda acerca de si Boca da o no espectáculo es casi un absurdo a esta altura: Boca sabe hacer lo que le conviene, les da alegría a sus hinchas, dolores de cabeza a sus rivales y, a través de algunos de sus jugadores, también es capaz de producir momentos espectaculares y de golear seguido. ¿Qué más se le puede pedir?
El muy bien funcionamiento del cuadrado ofensivo conformado por Cagna, Cardozo, Guillermo Barros Schelotto y Tevez fue esta vez la clave de la ventaja decisiva que sacó en el primer tiempo. Entre los cuatro se repartieron los mejores momentos del equipo y el protagonismo de los tres goles.
l Uno. Cardozo se equivocó en un pase que quería ser profundo para Tevez, pero como Maidana se equivocó más aún y dejó pasar el balón por debajo de la suela, efectivamente Tevez quedó en posición de gol. Y últimamente, cuando Tevez queda en posición de gol, el final es cantado: gol. El 9 de Boca amagó, acomodó mejor la pelota para sacar de la línea a Gutiérrez y concretó.
l Dos. Penal a Cardozo, cuando el pibe se iba al gol, cara a cara con el arquero. Lo tiró Barros Schelotto, no muy fuerte, apenas sobre la izquierda de Gutiérrez, que se quedó parado.
l Tres. Tiro libre de Guillermo Barros Schelotto desde la derecha, apuntando como mandan los libros, al medio del área grande entre el punto del penal y el área chica, y cabezazo violento de Cagna anticipándose al hombre que lo marcaba.
Cardozo fue muy importante en el funcionamiento general porque se convirtió en el principal eslabón de enlace con Tevez y Guillermo Barros Schelotto cuando recibía la pelota después de que Villarreal y Cascini la recuperaran con relativa facilidad, imponiendo su presencia. Rápido, vivo para meter la diagonal, el pibe se juntó con Tevez y le armó un lío bárbaro a Erpen; Cagna, más agresivo que otras veces, también hizo lo suyo en el otro carril mientras Guillermo ganaba con su habilidad y Tevez ponía en riesgo toda la estructura defensiva del rival cada vez que encaraba. Demasiado para un adversario joven, superado por el marco y por el oficio de los de enfrente.
En la primera parte del partido, Boca mostró algunos puntos débiles en el fondo y de hecho el gol de Talleres fue una carambola que nació en el error compartido de un mal pase de Cascini a Abbondanzieri y un rechazo apurado del arquero; pero en el segundo tiempo, con el 3 a 1 en el bolsillo, el cuadro de Bianchi metió la pelota en el freezer y terminó con el partido mucho antes de que Brazenas oficializara el final.