Con un equipo conformado en su mayoría por juveniles surgidos de las inferiores, Boca derrotó ayer por 2-1 a Vélez, que se presentó en la Bombonera con casi todos sus titulares, entre los que también cuenta con varias caras jóvenes. De esa combinación de experiencias disímiles surgió un encuentro que valió la pena observar, porque si bien los primeros minutos fueron aburridísimos, a medida que fue pasando el tiempo se fueron descubriendo motivos para interesarse. El uruguayo Oscar Tabárez hizo debutar al volante Jonathan Fabbro como enganche; el chico, que en la previa prometía pagar más, no anduvo bien, aunque demostró tener buen manejo. Por su parte, Carlos Ischia, en su debut como entrenador de Vélez, puso sobre el final al pibe –16 años– Patricio Pérez; fueron pocos los minutos que jugó, pero le alcanzó para mostrar su calidad.
Ni Boca ni Vélez parecieron dispuestos desde el arranque a asumir protagonismo. Más bien sumaban postulantes para incurrir en el error, tanto en la zona de volantes como en los últimos metros. La pelota iba de acá para allá, sin demasiado control y casi siempre fuera de la zona de peligro. Boca fallaba en la creación, a cargo de un Fabbro demasiado tímido para aguantar la pelota y pensar, pero tuvo su plus en la actuación de Giménez y, en menor medida, de Carreño. En Vélez también tardó en aparecer Gracián, pero Husain y Nanni –Boca tenía problemas para marcarlo– compensaban con tanto exigir a los defensores boquenses.
Los boquenses abrieron el marcador con un remate desde la puerta del área de Bracamonte, a los 29 minutos –antes habían tenido chances Nanni, para los visitantes; Martínez y González, y un mal rechazo para atrás de Bustos que descolocó a Sessa y pegó en el palo, para los locales–, y con el tanto el partido ganó en vértigo y mejores intentos. El ex Badajoz pudo hacer el segundo, luego de un disparo violento de Fabbro que Sessa tapó dando rebote, pero no le quedó justa la pelota dentro del área chica.
Vélez buscó por arriba el descuento y no se equivocó; de cabeza lo tuvo Husain, quien saltó solo entre los centrales boquenses, pero no pudo ser. Por esa vía también intentó Nanni, en vano.
En el complemento, las situaciones de gol fueron menos, aunque más peligrosas. En el momento en que Boca olfateaba el segundo, sorprendió Vélez con una gran jugada de Husain, quien dejó a Nanni frente a Caballero para sacar un remate cruzado que se iba afuera, pero fue interceptado por Gracián, quien no hizo más que empujarla ante la sorpresa del pibe González, que pensaba que llegaba a despejar.
Tras la igualdad, siguió una contra con remate de Husain, que tapó el arquero de Boca, un pelotazo que se fue muy alto de Carreño, un cabezazo de Pinto y otro de Dudar, que pasó cerca, y nada más. Nada hasta el remate de Giménez, quien coronó su buena tarde con un golazo: un violento disparo desde la puerta del área que sorprendió por completo a Sessa.