- Cavallero. Si antes del debut había dudas en cuanto a su rendimiento, el partido ante Nigeria no las terminó de despejar. No tuvo demasiado trabajo y respondió con acierto ante los remates de afuera del área, sobre todo uno de Okocha en el primer tiempo. Sin embargo, en el juego aéreo no brindó las mismas seguridades.
- Pochettino. Dentro de una defensa que rindió con solvencia, lo del defensor del PSG fue lo más flojo, aunque sin decepcionar. Arrancó complicado en el juego aéreo y saliendo lejos a cortar con infracción. De a poco se afianzó en la marca y terminó de controlar a los delanteros que se arrimaron por su sector.
- Samuel. Apareció improvisado como líbero por la lesión de Ayala, pero desde la primera intervención demostró su jerarquía y su conocimiento del puesto, ya que es su posición en la Roma. Cerró sin problemas cada vez que fue a los costados, por lo que otorgó mucha seguridad en todo el partido. Y además no abusó con su natural tendencia a tirar pelotazos.
- Placente. Otro de los puntos altos en fondo argentino. No sintió la responsabilidad de debutar casi de apuro, ya que en todo momento exhibió tranquilidad para resolver inconvenientes. Se bancó sin problemas a delanteros muy potentes, a pesar de su menor contextura física. Una grata confirmación.
- Zanetti. Un clásico partido del jugador del Inter. Mucho despliegue, su habitual dinámica para pasar al ataque y sacrificio para colaborar con los defensores. Si bien pasó bastantes minutos sin participar del juego, cada vez que intervino generó acciones positivas para el equipo. Es una variante importante para abrir la cancha.
- Simeone. Sin sobresalir, el volante central argentino cumplió con el equilibrio que necesita un equipo con tanta gente en función ofensiva. A pesar de la larga inactividad, se las ingenió para que no se notara en el campo de juego.
- Sorín. Terminó siendo una de las figuras del equipo por presencia, ganas y fútbol. Se desdobló siempre para aparecer por sorpresa en ataque, pero sin descuidar su sector en defensa. Llegó en varias ocasiones a posición de gol, aunque no tuvo la lucidez necesaria en el momento de la definición. Igual demostró que es fundamental para el esquema de Bielsa.
- Verón. Luego de un primer tiempo muy flojo, donde abusó de los pelotazos y se mostró muy impreciso en las entregas, el conductor argentino levantó en la segunda parte, aunque no terminó de cumplir una tarea de acuerdo con sus antecedentes. El equipo sintió su falsa actuación y por eso no tuvo el brillo esperado.
- Ortega. Por más que no desequilibró como siempre con su gambeta, fue muy importante porque supo descargar cada pelota con acierto. En la segunda parte tomó más protagonismo, con lo que el equipo mejoró su rendimiento. Otro de los que rindió en un nivel alto.
- Batistuta. Cumplió con su cuota. Desde el arranque se lo notó muy metido y ganó su duelo con Taribo West, en especial en el juego aéreo. Además, con la actitud de presionar arriba, se transformó en el primer defensor argentino. La mejor muestra de sus ganas fue el gol: superó a West, empujó a Pochettino y metió el tanto del triunfo.
- López. Pareció que se iba a convertir en figura en los primeros minutos, pero de a poco se fue apagando hasta terminar siendo reemplazado en el entretiempo. Complicó con su velocidad, aunque no resolvió con precisión.
- González. Su ingreso sirvió para que el equipo levantara en la segunda parte. El tándem con Sorín le otorgó más variantes al ataque y le dio más aire a Verón. Incluso estuvo cerca de convertir en un buen contraataque.
- Aimar. Entró por Verón para asegurar la tenencia de la pelota y cumplió con su misión. Si bien jugó pocos minutos, consiguió algunas infracciones que permitieron que el equipo respirara cuando Nigeria apretaba.
- Crespo. En poco más de diez minutos demostró su clase internacional. Casi convierte con un tiro al segundo palo y dejó solo a González sobre el final. Un recambio de lujo para Batistuta.