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Parecía que tenía todo controlado y que se llevaba una victoria importante. Sin embargo, Boca no se animó a rematarlo, se durmió en el final y lo pagó carísimo con un empate que no le permitió subir a la punta junto a los otros cuatro grandes. Lanús, que casi no lo había inquietado, llegó a la igualdad con un gran gol de Diego Manicero a tres minutos del cierre. Fue un premio excesivo para el conjunto de Néstor Gorosito, pero, sobre todo, un castigo enorme para el de Basile.
La idea original de este Boca tiene dos alternativas bien distintas, de acuerdo con el lugar de la cancha en que se encuentre. Hasta tres cuartos, la búsqueda del toque corto y el juego asociado parece ser el recurso que pretenden imponer sus jugadores. Sin embargo, en la zona de definición, las maniobras se reducen a la habilitación para Palacio abierto por la derecha, para el desborde o directamente el centro.
Con esa fórmula bien estudiada, aunque no tan bien ejecutada, al equipo de Basile le alcanzó para sostener el dominio del encuentro. Sin una gran demostración, ni marcando mucha diferencia sobre su rival, Boca igualmente fue el que contó con las chances más claras para marcar. Dos corridas de Palacio, una por cada punta, que culminaron con un remate que dio en el palo y otro que tapó Bossio, sin que Insúa capitalizara con éxito el rebote, marcaron las situaciones más claras.
A partir de la presencia de Battaglia, Boca ganó más personalidad en la mitad de la cancha, por lo que Lanús provocó muy poco riesgo frente al arco de Abbondanzieri. Pero de la misma forma, con un volante más de contención, le faltó peso para desequilibrar arriba. Hasta que apareció Palacio por la punta, envió un centro al primer palo y Bilos, apareado por Gioda, llegó para conectar. Era justo por lo que exhibían ambos.
En desventaja, Lanús buscó casi con desesperación la igualdad. Sumó atacantes e intentó progresar por afuera, pero no tuvo ideas para vulnerar el sistema defensivo de Boca, mucho más sólido que en encuentros anteriores. Entonces, volcado en ofensiva y con poca gente para la recuperación, los espacios en el fondo de Lanús no tardaron en aparecer. Pero allí radicó el déficit del equipo de Basile. Pese a las ventajas con las que contó, Boca no las supo aprovechar.
Es que Insúa no asumió el rol de conductor y terminó reemplazado; Palacio fue importante para generar juego, pero le faltó precisión para definir; las apariciones de Palermo fueron más importantes lejos del área que adentro; y Bilos, que era el más incisivo, se terminó yendo expulsado por reaccionar ante una patada descalificadora de Fabbiani. De esa forma, Boca no supo liquidar un partido que parecía sencillo. Para colmo, como no sufría en el fondo, se confió en que ya tenía los tres puntos ganados. Claro que no contaba con el desborde de Lagos y el furibundo derechazo de Manicero por el segundo palo, que fue un gran premio para Lanús y un castigo para Boca.


LANUS-1
Bossio-6
Fioretto-6
Gioda-5
Romero-5
M.Velázquez-4
Carreño-4
Fritzler-6
Marini-5
Leto-4
Ceballos-4
Graf-5
DT: Gorosito

BOCA-1
Abbondanzieri-6
Calvo-6
Schiavi-6
D.Díaz-6
Krupoviesa-5
Battaglia-5
Gago-6
Bilos-7
Insúa-4
Palacio-6
Palermo-5
DT: Basile

Estadio: Lanús.
Arbitro: Gustavo Bassi.
Goles: 36m, Bilos (B); 88m, Manicero (L).
Cambios: 49m, Fabbiani (5) por Ceballos (L) y Lagos (6) por Carreño (L); 67m, Manicero por Leto (L); 68m, Cardozo por Insúa (B); 73m, Barros Schelotto por Palacio (B); 82m, Morel Rodríguez por Krupoviesa (B).
Incidencias: 84m, expulsados Fabbiani (L) y Bilos (B).