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Una de las pruebas que tiene que superar un equipo para demostrar su jerarquía es la capacidad para suplantar a las principales figuras sin que se resienta su estructura. Ante Racing, un potencial candidato, Vélez dejó ayer en claro que esa asignatura la tiene bien aprendida. Por eso, más allá del flojo arranque de torneo que tuvo, el equipo de Miguel Russo tiene armas más que suficientes para aspirar al bicampeonato.
Sin Lucas Castromán, Rolando Zárate y Marcelo Bravo, más las bajas definitivas de Fabricio Fuentes y Jonás Gutiérrez, todas piezas clave en el campeón del Clausura, el mérito de Vélez radica en poder disimular esas ausencias. Ante Racing lo hizo de manera admirable, con una superioridad asombrosa en la segunda parte. Sólo la ineficacia de los delanteros impidió que ganara por varios tantos de ventaja.
Ante la ausencia de los atacantes titulares –Castromán suspendido, Zárate lesionado–, la apuesta del entrenador fue la dupla Claudio Enría-Mauro Zárate. Y durante el desarrollo del juego, las diferencias entre titulares y suplentes casi no se notaron o al menos se taparon con eficacia. Sin embargo, sí quedaron expuestas en el momento de la definición. Es probable que, con sus dos goleadores en la cancha, Vélez hubiese liquidado el partido mucho antes del pitazo final de Favale.
Por insistencia, solidaridad y desequilibrio individual, el ex jugador de Gimnasia se adapta a la perfección a lo que pide Russo. Es una alternativa para que los volantes descarguen, puede desbordar y llegar al fondo, y hasta da una mano importante en la asfixiante presión que ejercen los del medio. Tal vez su déficit sea la capacidad goleadora, lo que quedó expuesto ayer, ya que no resolvió bien ninguna de las tres chances que tuvo.
Lo del menor de los Zárate resultó curioso. Ya sea tirado atrás o recostado por los costados, el juvenil fue imparable para la defensa de Racing, con movilidad y recursos para la jugada individual. Incluso pintaba para ser la figura de la cancha. Sin embargo, también se transformó en el principal responsable de que el partido quedara abierto hasta el final. Ya fuera por elegir mal la opción de rematar en lugar de habilitar a un compañero o por hacerlo de manera defectuosa, desperdició no menos de seis ocasiones claras de gol. Igual, para Russo no es un motivo de preocupación, teniendo en cuenta que Castromán ya puede regresar y a Rolando Zárate le queda un mes de recuperación.
Lo de Bravo es más delicado. Al volante le detectaron un problema cardíaco en un examen de rutina, por lo que el cuerpo médico dispuso que no se entrene por tiempo indeterminado, hasta que se le realicen estudios más complejos y quede claro que no corre ningún riesgo. Es por eso que aparecieron varias banderas con leyendas “Fuerza Marcelo” o “Fuerza Indio”, además de que la hinchada velezana coreó su nombre en varias ocasiones. Para reemplazarlo, Russo cuenta con un jugador de características similares, como Emanuel Centurión. El zurdo tiene despliegue y buena pegada, lo que hace que la ausencia de Bravo no se sienta tanto.
Ya resignados a las partidas de Fuentes y Gutiérrez, sus reemplazantes parece que los pueden hacer olvidar. Hernán Pellerano tiene un juego aéreo muy importante y ayer se comió tanto a Miranda como a Luna. Lo de Sergio Sena no fue tan lucido, pero se adaptó y cumplió en la mitad de la cancha. Está claro que Vélez tiene recambio y que puede aspirar al bicampeonato.


VELEZ-1
Sessa-6
Cubero-6
Pellegrini-6
Pellerano-6
Broggi-6
Sena-5
Somoza-7
Centurión-7
Gracián-8
Enría-6
M. Zárate-6
DT: Russo
RACING-0
Campagnuolo-7
Cabral-6
Crosa-6
Núñez-4
Mirosevic-5-
Ledesma-4
Simeone-5
Romero-6
Capria-5
Estévez-4
Miranda-4
DT: Rivarola

Estadio: Vélez.
Arbitro: Gabriel Favale.
Gol: 48m Gracián (V).
Cambios: 58m Torres (5) por Ledesma y Luna (4) por Miranda (R), 77m Villarreal por Mirosevic (R), 79m Bustos por Centurión (V), 83m Ladino por Sena (V), 87m Valdemarín por Zárate (V).