FúTBOL
Los dirigentes no pasan por ventanilla
El presidente de Vélez, Raúl Gámez, presentó un proyecto para que la AFA les pagara un sueldo a los dirigentes. Pero Boca y River le cerraron el paso y la propuesta fracasó, pero el debate ha quedado abierto y con varios interrogantes por dilucidar.
Por Gustavo Veiga
Raúl Gámez tiró la piedra, pero no escondió la mano. Instaló el tema de que los dirigentes deben ser rentados y, hasta quienes mantienen afinidades con él, salieron a refutarlo. Sin embargo, consiguió una pequeña victoria. En una de las últimas reuniones del Comité Ejecutivo de la AFA se trató un dictamen de la asesoría letrada que, a su pedido, se expidió sobre el tema. Y respondió que los directivos podían cobrar, siempre que se modificara en asamblea el artículo 6º del estatuto de la asociación.
El máximo dirigente de Vélez no alcanzó a ir más lejos. Ni siquiera con el respaldo que había encontrado su propuesta en Julio Grondona, quien está a favor, aunque no movió un dedo para evitar que su díscolo rival político levante vuelo. De cualquier modo, a Gámez lo estaban esperando atrincherados otros dirigentes. Y le salieron al cruce.
Uno de ellos, el abogado Alejandro Marón, preside Lanús, club que tiene varios puntos en común con el de Liniers: su defensa del espacio social, la conservación de disciplinas que no son profesionales, la lucha contra quienes pregonan la fórmula del gerenciamiento. No obstante todo eso, cuestionó el polémico proyecto. “Públicamente ya lo debatí con Gámez y dije que no estoy de acuerdo. Su idea sería como el principio del fin. Porque está en la línea de pensamiento de quienes pretenden la invasión de sociedades anónimas para el fútbol. Sé que él no avala estas cuestiones, pero que los dirigentes cobren, para mí, sería terrible”, explicó Marón.
Lo curioso de aquella reunión de Comité Ejecutivo en que se abordó la cuestión fue comprobar que coincidieran Boca y River, cuyos presidentes piensan muy distinto respecto de temas clave que hacen al manejo de las instituciones. O que también estuvieran en una misma vereda Quilmes y Lanús. El primero delegó hace unos años la administración de su principal ingreso, el fútbol, en manos del grupo Exxel, a cambio de 11 millones de pesos; en Lanús nunca se hubiera votado algo similar bajo la conducción de presidentes como Carlos González y Emilio Chebel.
Los cuatro, Boca, River, Quilmes y Lanús, alegaron en contra de lo que proponía Gámez. Y lo dejaron en soledad con su idea de que “los dirigentes deben ser rentados porque muchos son full-time, manejan contratos por millones de pesos y tienen gastos. Ellos dicen que cobrar un sueldo es como facilitar el gerenciamiento del club. No es cierto. Yo hago esta propuesta pensando en el futuro, no en mí”.
El dictamen del doctor Mario Schmoisman recogió la solicitud del presidente de Vélez para que la AFA investigara si era posible pagarles a los directivos de los clubes por sus servicios. Y la respuesta, leída por José Luis Meiszner, vicepresidente de Quilmes y secretario de la asociación, fue que sí, pero siempre que se cumplieran algunos pasos. Por lo pronto, la convocatoria a una asamblea que debería modificar el artículo 6º del estatuto, que en su inciso b dice: “No dar sueldos o retribuciones pecuniarias a sus dirigentes por el ejercicio de su función específica...”. Norma que se completa con que los clubes no deben “convertirse en sociedades comerciales”.
En privado, Meiszner, quien es abogado de profesión, sostiene que la movida del presidente de Vélez es casi imposible de concretar, porque no existe un marco legal, más allá de que los estatutos de la AFA podrían ser modificados. Según un par de directivos que asistieron a aquella reunión, Gámez intentó colocar en el orden del día de la próxima asamblea la discusión de la reforma estatutaria. Pero no tuvo éxito. Otro argumento del propio dictamen, la segura pérdida de exenciones impositivas que sufrirían los clubes, convenció a los dirigentes de mantener el artículo 6º tal como está.
Muy distinta es la realidad de la FIFA, donde los integrantes de su staff perciben atractivos honorarios en dólares, como el propio Julio Grondona, uno de sus vicepresidentes y responsable de su Comité de Finanzas. En el reciente congreso de Marrakech, el presidente Joseph Blatter, además, seacaba de pronunciar, como era dable esperar, en el mismo sentido que Gámez. Como fuere, la discusión se ha lanzado y, si no fuera por otras urgencias, sería apropiado escuchar cada uno de los argumentos.
¿Un dirigente que cobrara un sueldo se vería tentado de pedir una coima? ¿Uno amateur está a salvo de cobrar peaje en la transferencia de un futbolista? ¿Es un problema de hombres o de reglas? El fútbol se debe éste y otros debates.