Con un gol de Enría, sobre el final del primer tiempo, el campeón lo venció 1-0. El cuadro de Russo, que hizo valer su oficio y su ordenamiento táctico, logró la segunda victoria consecutiva en Núñez. Gallardo jugó sólo un tiempo porque tiene una molestia en un aductor.
Dicen que cuando un equipo no puede desplegar su mejor versión, la espera por lograr el anhelo se hace menos tediosa consiguiendo triunfos. Pero el caso de River es el más preocupante por estos días. El plantel conducido ahora por Reinaldo Merlo no sólo no encuentra los caminos hacia su plenitud sino que al mismo tiempo tampoco obtiene victorias. Sufrió ayer la segunda derrota consecutiva en el torneo ante el campeón Vélez y la impotencia envolvió a todos sus jugadores.
Si bien el entrenador llegó hace pocas semanas a la institución, el rumbo que pretendería tomar el equipo todavía no está claro. Encima, el bajo nivel que exhiben algunos futbolistas provoca que River se transforme en un conjunto de voluntades que lucha contra sus propios nervios. A lo largo de todo el partido, el local tuvo muchos inconvenientes para construir jugadas que ubicaran a un jugador cara a cara con el arquero. Y cuando las pudo hilvanar, el apuro y la falta de precisión se encargaron de destruir todo.
A todo eso hay que agregarle la falta de jugadores con capacidad seria de desequilibrio, con la única excepción de Marcelo Gallardo (ver aparte). Del resto, ninguno parece ser capaz de liderar a sus compañeros. Para colmo, sus hinchas van perdiendo la paciencia con sus propios jugadores, y entre Patiño y Gastón Fernández se reparten la mayor cantidad de insultos. Incluso hasta al arquero Lux –que era reclamado cuando no jugaba– ya lo están mirando con desconfianza.
Del otro lado sucede todo lo contrario. Vélez debe ser uno de los conjuntos que mejor interpreta en la cancha la teoría que propone su director técnico desde afuera. La presión, el despliegue y la solidaridad que demuestran sus protagonistas son los argumentos principales que presentan los de Liniers. El equipo consiguió ayer la segunda victoria seguida en el Monumental y la sostuvo con convicción y orden durante todo el desarrollo del juego. Sobre todo cuando fueron reemplazados sus tres mejores futbolistas: Gracián, Castromán y Enría.
El ex hombre de Gimnasia fue precisamente el autor del único gol del partido y uno de los que mayor esfuerzo realizó. Vélez pudo haber aumentado la diferencia en el final de ese primer tiempo, pero Ladino no pudo ante la presencia de Lux.
Cuando se especulaba que River saldría a llevarse por delante a su rival en la segunda parte, la tranquilidad de los jugadores de Vélez para controlar la pelota y no replegarse en su campo, provocó que la iniciativa la mantuviera el equipo visitante. Recién a los 29 minutos, River se acercó con peligro con un tiro libre ejecutado por Gastón Fernández, pero que encontró buena respuesta en Sessa.
La falta de resolución de River fue alarmante, y de esa manera en el horizonte no se vislumbra luz alguna.
RIVER-0
Lux-5
Alvarez-5
Talamonti-5
L. Fernández-5
Mareque-6
Patiño-5
Santana-5
San Martín-4
Gallardo-6
Oberman-5
Farías-4
DT: Merlo | VELEZ-1
Sessa-6
Ladino-5
Uglessich-6
Pellerano-6
Bustamante-6
Cubero-6
Somoza-6
Sena-5
Gracián-7
Enría-6
Castromán-7
DT: Russo |
Estadio: River.
Arbitro: Rafael Furchi.
Gol: 40m, Enría (V).
Cambios: 45m Sambueza (5) por Gallardo (R), 57m Zapata (4) por San Martín (R), 58m G. Fernández (4) por Oberman (R), 83m Bustos por Gracián (V), 84m M. Zárate por Castromán (V), 90m Alcaraz por Enría (V).