Faltan exactamente 19 días para el debut de Argentina frente a Costa de Marfil en el Mundial y mientras crece la expectativa, aumenta la incertidumbre acerca de la formación del conjunto. José Pekerman tiene su equipo: lo consultó con el espejo, lo discutió con sus colaboradores, le hizo una especie de informe confidencial a Julio Grondona y, aunque no lo anunció públicamente, dio algunas pistas muy importantes con los números que les otorgó a los jugadores. Si la clave fuera solamente ésa, Argentina jugaría con estos once:

1) Abbondanzieri

4) Coloccini

2) Ayala

6) Heinze

3) Sorin

8) Mascherano

5) Cambiasso

10) Riquelme

7) Saviola

9) Crespo

11) Tevez

Esto indicaría una hipotética formación de 4-3-3, pero está claro que ése no será el sistema de juego y se supone, paralelamente, que Javier Saviola, pese al número que lleva en su espalda, no será titular. Entonces, ¿quién? En la conferencia de prensa en la que anunciaron los nombres de los 23 elegidos, Pekerman habló de un posible rombo ofensivo y también de un 4-4-2 o, lo que es casi lo mismo, un 4-3-1-2. Si hay que guiarse por esas expresiones habría que pensar en estas variantes:

a) Que entre Messi por Saviola y se forme una especie de rombo. Riquelme en tres cuartos de cancha, Crespo de punta-punta, y Messi y Tevez sobre los costados. Es decir: 4 (los del fondo) 2 (Mascherano y Cambiasso); 1 (Riquelme) 2 (Messi y Tevez) y 1 (Crespo).

b) Que entren Maxi Rodríguez o Lucho González como volantes por la derecha y en ese caso la formación sería 4-3-1-2. Es decir: Abbondanzieri; Coloccini, Ayala, Heinze, Sorin; Lucho González o Maxi Rodríguez, Mascherano, Cambiasso; Riquelme; Tevez o Messi y Crespo.

La primera variante, la más ofensiva, es muy similar a la que presentó en el último partido en serio que jugó la Selección, hace casi tres meses (lo cual suena a una eternidad), contra Croacia. Ese día jugaron juntos Riquelme, Messi, Tevez y Crespo, pero no estuvieron del medio hacia atrás varios de los que ahora serían titulares: Ayala, Heinze, Sorin y Mascherano (todos lesionados). Un equipo superofensivo es casi una necesidad ante rivales que, como Costa de Marfil o Serbia, van a esperar en el fondo, confiando en la solidez de sus bloques defensivos y en la velocidad de sus contraataques. Para penetrar en esas defensas tan cerradas se requiere de las endiabladas gambetas de Tevez y Messi, además de los pelotazos de Riquelme y la presencia en el área de Crespo. Pekerman puede animarse y largarse con ese equipo, o bien puede salir a ver qué pasa en el primer tiempo con Lucho o Maxi en el medio para equilibrar el juego en la zona central y depositar en el banco a plazo fijo (45 minutos, por ejemplo) el talento de Messi o Tevez.

Por supuesto, todas estas conjeturas dejarían de tener sentido si se lastimara algún jugador, o si los que se supone que ya están recuperados no muestran las mejores condiciones físicas en el amistoso de despedida que se va a disputar pasado mañana en el Monumental contra una selección juvenil. En esa ocasión, Pekerman ofrecerá nuevas señales con el equipo que saldrá a la cancha. Luego, tratándose de un partido casi deexhibición, meterá en la cancha a muchos de los otros. El único encuentro en serio que disputará el conjunto nacional será contra Angola, el 30 de mayo. En esa ocasión sí deberá poner en la cancha a los mismos que debutarán 9 días después en Hamburgo. Se descuenta que no va a esconder ninguna carta, pensando que los marfileños van a estar espiando. A esa altura ya no habrá más misterios. Y sólo faltará que empiece a rodar la bendita pelotita.