Lunes, 19 de junio de 2006 | Hoy
FúTBOL › EMPEZO LA CUENTA REGRESIVA PARA EL PARTIDO DEL MIERCOLES CONTRA HOLANDA
Abbondanzieri; Cufré, Ayala, Milito, Sorin; Scaloni, Mascherano o Cambiasso, Aimar, Maxi Rodríguez; Tevez, Cruz. Ese sería el equipo que evalúa Pekerman para jugar contra los holandeses en Francfort.
Por Ariel Greco
desde Nuremberg
Si Herzogenaurach es un pueblo que denota tranquilidad, el campamento de la Selección Argentina allí no rompe para nada la monotonía. Tras la soberbia actuación ante Serbia y Montenegro, todo es serenidad y alegría, por lo que las únicas incógnitas ahora pasan por acertar la cantidad de cambios que hará José Pekerman para el encuentro del miércoles ante Holanda. Es que, más allá de las ganas de repetir la labor y adjudicarse el grupo con puntaje ideal, la mente del grupo ya está puesta en el compromiso de los octavos de final. Por eso, el entrenador está meditando todas las posibilidades para proteger a los jugadores amonestados, cuidar a los golpeados y hasta darle descanso a alguno que tarda más en recuperarse después de los partidos. Es que además, desde la logística, a la Selección le conviene más terminar segunda y jugar en octavos aquí en Nuremberg, casi el patio de su casa, que finalizar primera y tener que trasladarse hasta Leipzig. Incluso saliendo segunda en el grupo, tendría un día más de descanso.
Pocos se imaginaban que el Día del Padre iba a resultar tan tranquilo para Argentina antes de que comience el Mundial. Pero los resultados determinaron que el plantel apenas haya realizado una práctica liviana y que luego tuviera la tarde libre para que los jugadores compartieran el domingo con sus familiares. Mientras tanto, Pekerman sólo se dedicó a pensar las variantes que presentará el miércoles.
En primer lugar, la idea del entrenador es evitar que Javier Saviola, Hernán Crespo o Gabriel Heinze reciban una nueva tarjeta amarilla, que derive automáticamente en una suspensión para los octavos de final. Es por ello que ninguno de los tres estará presente en Francfort. Además, Crespo viene arrastrando una dolencia y tarda más que sus compañeros en recuperarse tras los encuentros, por lo que el parate no le caerá nada mal.
Ante ese panorama, los tres nombres que se perfilan para reemplazar a los amonestados son los de Gabriel Milito, Carlos Tevez y Julio Cruz, aunque la alternativa de Rodrigo Palacio para alguno de los puestos de ataque también ingresa en la consideración del entrenador. Y otra vez entrará en juego la idea de llevar de a poco a Lionel Messi, que nuevamente arrancará en el banco de suplentes, pero según una fuente del cuerpo “va a jugar más tiempo que ante Serbia”.
El segundo tema que preocupa al técnico es el de la seguidilla de partidos, lo que también se traducirá en cambios. Si bien Javier Mascherano ya se recuperó de un golpe tras el juego ante los serbios, podría salir del equipo para tener más tiempo de descanso. Algo parecido sucede con Esteban Cambiasso, por lo que uno de los dos seguramente dejará su plaza en la mitad de cancha para que pueda ingresar Lionel Scaloni. Y es probable que el que actúe desde el arranque sea la primera alternativa de cambio durante el encuentro.
Tampoco es segura la participación de Juan Román Riquelme. Aquejado de una lumbalgia que le provoca dolor tras los partidos y que le impidió jugar varios compromisos con Villarreal, el conductor de la Selección es uno de los jugadores que acarrea mayor desgaste en la temporada, por lo que, al no resultar un partido decisivo, también podría gozar de un franco. El reemplazante natural para Riquelme es Pablo Aimar, que de esa forma debutaría en su segundo Mundial. El otro que podría tener descanso es Nicolás Burdisso, lo que le otorgaría la chance a Leandro Cufré.
Por el contrario, la idea del cuerpo técnico es que Roberto Ayala continúe recuperando ritmo futbolístico, por lo que se mantendría entre los once. Los casos de Juan Pablo Sorin y Maximiliano Rodríguez tienen que ver con que, según los preparadores físicos de la Selección, son dos de los jugadores que mejor recuperación tienen tras los encuentros. El otro intocable es Roberto Abbondanzieri, que conformó plenamente por la sobriedad de sus actuaciones, y la idea es que siga recuperando confianza. Lo cierto es que, si bien Pekerman todavía sigue evaluando alternativas, el partido ante los holandeses no genera ninguna preocupación en el plantel argentino. Por el contrario, desde el aspecto organizativo, a la Selección le conviene terminar segunda. Es que si cae ante los holandeses, Argentina jugará su compromiso de octavos de final el domingo en Nuremberg, a media hora de su campamento en Herzogenaurach. En cambio, adjudicarse la zona –para lo cual alcanza con un empate– implicaría jugar un día antes y en Leipzig. Es por eso que, ante esa posibilidad, ya se está evaluando viajar directamente el jueves para la única sede del Mundial ubicada de la antigua Alemania Oriental y esperar allí el compromiso del sábado, sin regresar a la concentración en Herzogenaurach. Obviamente, más allá de la supuesta conveniencia, a nadie se le pasa por la cabeza perder.
Mientras tanto, el ánimo del plantel es inmejorable, con la fuerte mentalidad de mantener el perfil bajo y la humildad. Si bien cayeron de la mejor manera los elogios del mundo entero, el grupo está convencido en no creérsela y con la convicción de seguir demostrando el juego en la cancha. Ayer fue Mascherano el encargado de bajar el mensaje que reina en el equipo: “No nos preocupa lo que digan de nosotros en el exterior. Nosotros tenemos claro cuál es nuestro objetivo y no vamos a parar hasta conseguirlo”.
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