Maxi Rodríguez y Leandro Cufré podrían ser suspendidos por varios partidos tras el tumulto del viernes en los cuartos de final del Mundial de fútbol. La magnitud de las sanciones se conocerá una vez concluidos los procesos disciplinarios que les inició la FIFA tras el partido entre Argentina y Alemania. Pero la FIFA también abrió un expediente disciplinario contra el alemán Torsten Frings, quebrando así la tranquilidad en la concentración del equipo anfitrión. “Tras analizar nuevas imágenes de televisión, la comisión disciplinaria de la FIFA estableció que, con alta probabilidad, Frings estuvo activamente involucrado en los incidentes (tras el partido entre Alemania y Argentina)”, dijo Markus Siegler, director de comunicaciones de la FIFA. En su caso, la decisión sobre una posible sanción se anunciará antes de la semifinal que mañana deben jugar Alemania e Italia en Dortmund. El volante podría quedarse sin jugar el encuentro.

“Yo no hice nada, sólo me defendí. Quedé en el medio de la riña y recibí algunos golpes. Me protegí de ellos y por eso levanté las manos, sólo para defenderme”, explicó Frings. “Pedimos a un canal de televisión que nos envíe las imágenes porque el Comité de Disciplina quiere volver a examinarlas”, explicó el vocero de la FIFA, Andreas Herren, que precisó que la inminencia del choque con Italia, el martes, impone “un veredicto urgente”. Frings deberá comparecer hoy por la mañana ante el Comité de Disciplina, que luego anunciará su decisión definitiva. “Está claro que los argentinos no tienen buenos modales y que son malos perdedores”, se había quejado Frings, pero ahora el video podría demostrar que él también es un mal ganador.

Cufré le dio una patada en la entrepierna al defensor alemán Per Mertesacker, por lo que el árbitro eslovaco Lubos Michel le mostró la tarjeta roja, mientras que Rodríguez habría golpeado por atrás al alemán Bastian Schweinsteiger. Pero las imágenes de la cadena Sky Italia, que fueron mencionadas por primera vez el sábado por medios italianos, muestran aparentemente un puñetazo o golpe de Frings a Julio Cruz. La Federación Alemana de Fútbol (DFB) reaccionó con tranquilidad. “No conozco los detalles, debemos esperar al desarrollo de los acontecimientos”, dijo Theo Zwanziger, co-presidente de la entidad.

El manager de la selección alemana, Oliver Bierhoff, no será sancionado por la FIFA por su intervención en los incidentes. “Hemos recibido una misiva de la FIFA que señala que no habrá un castigo para Bierhoff”, dijo el portavoz de la DFB Harald Stenger.

Según sus propias palabras, Bierhoff sólo sufrió un rasguño en las piernas. “Yo sólo quise mediar entre los jugadores pero luego la tomaron conmigo”, relató el ex capitán alemán su papel en los incidentes ocurridos en el césped del estadio olímpico de Berlín.

“Todo el partido estuvo salpicado de provocaciones”, aseguró Bierhoff. En los lanzamientos desde el punto de penal, la tensión fue en aumento. Gran parte de los 72.000 espectadores silbó sin piedad a los argentinos, quienes a su vez intentaron desestabilizar a los alemanes con insultos.

“Pero no los entendimos porque hablaban en español”, dijo Michael Ballack. Claro que el capitán no pudo negar un gesto provocativo de su compañero Tim Borowski. “Boro puso un dedo sobre la boca y luego se fue. Eso les molestó un poco.”