Lunes, 12 de febrero de 2007 | Hoy
FúTBOL › RIVER SUFRIO TODO EL PARTIDO PARA PODER DOBLEGAR A LANUS
Se moría el partido cuando Eduardo Tuzzio empaló el centro para clavarla en un ángulo. El equipo de Núñez estuvo lejos del que había deslumbrado en el verano, pero su insistencia tuvo premio en el último minuto del encuentro.
Por Juan José Panno
Pasadas las cinco y cinco de la tarde apareció en la escena el candidato, y el público que desde mucho tiempo había cubierto el ámbito casi en su totalidad estalló con un aplauso prolongado, que anticipaba la ansiada jornada de fiesta. El sol caía a pleno como un reflector apuntando a la mitad de la cancha, desde donde se suponía que iban a surgir figuras, imágenes y fantasías deseadas por la gente. El candidato de fierro carraspeó, dijo “uno, dos... tres... probando”, volvió a carraspear, titubeó, se trabó, tartamudeó un poco y en un ratito transformó el fierro de la candidatura en plomo; plomazo, para mayor precisión.
Durante casi una hora y media, el candidato desilusionó a la multitud, pero en el último instante, a las siete y pico, cuando el acto y la tarde entraban en el silencioso ocaso, se plantó como se tenía que plantar, hizo lo que tenía que hacer, metió el impacto que tenía que meter y entonces se fue envuelto en un estallido mucho más ruidoso que aquel que lo había recibido cuando llegó al escenario.
Hizo falta un corazón de acero como el de Tuzzio y un gol que diera tres puntos de oro para que el candidato recuperara su condición de tal y les hiciera creer a sus adeptos –al menos por un ratito– que un campeonato y un futuro mejor son posibles.
En la última jugada del partido, Belluschi pateó un corner desde la derecha; alguien, un defensor de Lanús, rozó la pelota en el aire y Tuzzio –que rinde, lo pongan donde lo pongan–, justamente Tuzzio, bajó la pelota con el pecho y antes de que alguna camiseta granate se interpusiera sacó un derechazo tremendo, cruzado al segundo palo.
Se lo merecía Tuzzio, el mejor de un equipo con altibajos, ambicioso, voluntarioso, pero poco efectivo; no se lo merecía Pelletieri, que había sido la figura de la cancha y el eje de un conjunto que estuvo a punto de lograr dignamente el objetivo del puntito en el Monumental.
La alegría por el gol, el desahogado grito del final no podrá tapar los interrogantes que quedaron abiertos después de una actuación irregular. ¿Cuánto le falta a Ponzio para ponerse a punto? ¿Qué pasará en el futuro cuando a Belluschi lo asfixien como lo asfixiaron ayer y no aparezca alguien capaz de tomar la manija? ¿Sambueza es lo mejor que tiene el plantel para jugar como volante por la izquierda? ¿Augusto Fernández no es más que Galván? ¿Alcanza con la movilidad de Falcao y la intención de aportar para el equipo del Tecla Farías cuando el rival teje una telaraña en el medio, no desprende a los laterales y regala pocos espacios? ¿Será Rosales la solución a la impotencia ofensiva? ¿Mantendrá Nelson Rivas el nivel que mostró ayer frente a un adversario que no exigió demasiado? ¿Qué hubiera pasado si Leto definía bien en una jugada en la que quedó cara a cara con Carrizo en el arranque del segundo tiempo?
Con el correr de los partidos, seguramente Passarella y los jugadores mismos empezarán a encontrar respuestas. Mientras tanto, todos unidos disfrutan de tres puntos duros, difíciles, valiosos, logrados con más sudor que fútbol.
Estadio: River Plate.
Arbitro: Saúl Laverni.
Gol: 90m Tuzzio (R).
Cambios: 20m Benítez (5) por Velázquez (L); 65m Ruben por Farías (R); 74m Zapata por Sambueza (R) y Augusto Fernández por Galván (R); 80m Ledesma por Archubi (L) y 88m Valeri por Acosta (L).
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