Antes del partido, Boca tenía todo a su favor como para descontarle puntos al líder San Lorenzo y separarse un poco de los perseguidores inmediatos, Estudiantes y River. Pero enfrente estaba Arsenal, un equipo sólido, ordenado y con poca vocación ofensiva, que por momentos llegó a complicarlo y no lo dejó pasar del empate 1-1 en la Bombonera, el tercero de los boquenses en las últimas tres fechas del torneo local. La cuenta la abrió en el arranque del complemento Casteglione, tras una falla defensiva de los locales; y, de cabeza, Riquelme, la figura del encuentro, consiguió la igualdad. La rotación de jugadores que intentó implementar el técnico de Boca, Miguel Angel Russo, no dio sus frutos.

Le costó todo a Boca en la primera parte, porque el equipo no jugaba como siempre. Ledesma arrancó en posición de cinco, y de ocho apareció Bertolo, ocupando el puesto libre de Banega; arriba estaba Marioni (por Palacio), que de entenderse con Palermo, poco y nada. La rotación de Boca no pudo mostrar su lado productivo. Porque a las desconexiones propias se le sumaba el buen trabajo de Arsenal en el mediocampo, donde Ortiz y San Martín se iban repartiendo la responsabilidad frente a Riquelme y Yacuzzi, y Figueroa aprovechaban las fallas de Bertolo y Cardozo para arrimar peligro por los costados.

Arsenal jugaba bien, pero no llegaba con peligro al arco de Caranta, Obolo estaba demasiado solo y Raymonda sólo sorprendía de vez en cuando. Boca, por su parte, se lucía poco en el juego salvo en los momentos en lo que Riquelme rompía el molde y generaba oportunidades inmejorables para sus compañeros, como le pasó a Palermo, quien fue habilitado espectacularmente pero se enredó con sus piernas y la terminó fallando.

Si había dejado poco la primera parte, la segunda cumplió con creces. No más de dos minutos del arranque, en jugada de tiro libre, ejecutó Raymonda, la bajó de cabeza San Martín, la pelota se quedó boyando entre las piernas de varios jugadores de Boca caídos en la lucha, hasta que la tomó Casteglione y, casi sin esfuerzo, terminó empujándola al arco de Caranta.

Ahí cambió el partido. La pesadez de los jugadores de Boca cambió por ligereza y, pese a sufrir durante varios minutos el control del partido por parte de la visita, que encima sumó dos chances para ampliar, el equipo de Russo fue a buscar el empate. Lo tuvo Palermo con un cabezazo que se estrelló en el travesaño, pero lo consiguió Riquelme, al conectar un centro de Ledesma con un cabezazo letal al primer palo de Cuenca.

El enganche de Boca había hecho méritos suficientes antes del gol para que su equipo llegara a la igualdad y después del 1-1 hizo todavía más para alcanzar una hipotética victoria, habilitando dos por tres a Clemente, inventando espacios entre los defensores del equipo de Alfaro que no aflojaban las marcas, que no dejaban espacios y seguían mostrándose sólidos y ordenados.

Si bien los de Sarandí parecían resignados al empate, las subidas de Boca estilo “a la carga barraca” les facilitaron alguna que otra chance, como la que tuvo San Martín, con un cabezazo que pasó cerca y, ya sobre el final, un mano a mano de Valdemarín frente a Caranta, que el delantero no resolvió bien. Los últimos minutos fueron todos para Boca. Mientras Arsenal jugaba a que corriera rápido el reloj, Dátolo desperdició dos oportunidades de gol: en la más clara su cabezazo pegó en el travesaño.

Estadio: Boca.

Arbitro: Rafael Furchi.

Goles: 47m, Casteglione (A); 76m, Riquelme (B).

Cambios: 57m, Banega (6) por Bertolo (B) y Palacio (5) por Marioni (B); 75m, A. Pérez por Ortiz (A); 79m, Valdemarín por Obolo (A) y Dátolo por Cardozo (B); 82m, Llama por Raymonda (A).