Si todo San Lorenzo pone el foco en la jugada en la que la Gata Fernández, solo, absolutamente solo, debajo del arco, puso el pie y reventó la pelota contra el travesaño, puede llegar a pensar que no ligó; aunque si se recuerdan partidos anteriores en los cuales recibió prolongados favores de la Diosa Fortuna, no hay demasiado derecho al pataleo.

Si se cree que San Lorenzo dio demasiadas ventajas con la ausencia de Silvera, se deberá considerar que a River le faltaron Tuzzio, Belluschi, Farías, Rosales, Lussenhoff. Y que a los 4 minutos del partido de ayer se quedó con diez por la expulsión de Galván, que le pegó un tonto codazo a Rivero y encima se cargó de nervios y tarjetas amarillas.

Dicho de otro modo, no es que San Lorenzo no ligó sino que jugó mal, frente a un rival en inferioridad de condiciones y debe asumir la mayor responsabilidad en un espectáculo que fue espantoso en el primer tiempo y un poco más movido, pero nunca bueno, en el segundo.

Las culpas de River son diferentes. No hizo ningún negocio con el empate porque sigue a seis puntos del líder (faltan jugarse 15), lo que lo deja casi fuera de pelea; pero si se piensa en cómo venía la mano cuando le echaron a Galván y se tiene en cuenta que aguantó el partido sin colgarse del travesaño y hasta tuvo alguna ocasión en el segundo tiempo, no le fue tan mal en el baile. Y por eso sus hinchas terminaron aplaudiendo.

Como contracara, el gran entusiasmo inicial de los hinchas de San Lorenzo que colorearon el estadio se fue diluyendo hasta el silencio porque esta vez el equipo no transmitió mucho y generó pocas llegadas en relación con lo que se podía esperar dadas las particulares circunstancias del juego.

El equipo local no encontró la manera de hacer valer el hombre de más a pesar de las variantes ensayadas por Ramón Díaz. A los 35m, el técnico mandó a la cancha a Adrián González, sacó a Voboril y cambió de punta a Tula con la idea de explotar las subidas del recién ingresado en la zona del colombiano Rivas, teóricamente el punto más flojo de la defensa de River, pero Adrián González sólo entró en escena en situación ofensiva en un par de ocasiones y a los 19m del segundo tiempo lo puso a Malingas Jiménez por Hirsig, sin modificar la posición de la Gata Fernández y sin alterar nada en el juego porque el peruano apenas se anotó con un cabezazo desviado. Con mayor o menor actitud ofensiva, pero siempre desordenado en sus ataques y con pocas luces en el primer tiempo, pese a manejar la pelota, el principal aspirante a campeón tuvo apenas una situación de gol, nacida en realidad de un error de Gerlo que perdió de vista el balón después de un cabezazo forzado. Lavezzi se fue en soledad por la raya y cuando se imponía el pase hacia atrás para Fernández le dio al arco, sin ángulo y Carrizo mandó al corner. Una situación de gol y media (tiro cruzado de Galván en el primer minuto) sintetiza lo que fue esa aburridísima etapa inicial.

San Lorenzo llegó un poco más en el complemento, provocó varios revolcones del seguro Carrizo y tuvo la gran ocasión en la jugada ya mencionada de la Gata Fernández, pero estuvo más lejos del gol que la sensación que daban en la cancha sus aproximaciones. No lo pudo ganar y, peor que eso, casi lo pierde cuando Ponzio metió un espectacular disparo desde afuera del área. River celebró esa jugada, la vuelta de Ortega, que mostró como siempre destellos de su clase y se quedó más conforme con el empate, aunque todo indica que el campeonato ya se le acabó.

Estadio: San Lorenzo.

Arbitro: Saúl Laverni.

Cambios: 35m, A. González (5) por Voboril (SL); 64m, Jiménez (4) por Hirsig (SL); 66m, Ruben por Falcao (R); 67m, Ponzio por Ahumada (R).

Incidencia: 4m, expulsado Galván (R).