De visitante se achica: perdió con Arsenal y San Martín de San Juan, empató con San Lorenzo, Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Racing, en todos los casos jugando de regular para abajo.

De local se vuelve monumental: le hizo 5 a Vélez, 4 a Estudiantes, 3 a Newell’s y 3 –que tranquilamente pudieron ser 10– a Lanús, brindando pasajes del mejor fútbol.

River, irregular como todos los equipos de este campeonato, exhibe sus altibajos con números clarísimos: 15 goles a favor y 4 en contra en su casa y 5 a favor y 7 en contra fuera de ella.

La imagen del equipo también sufre rápidas transformaciones. A River se lo vio pálido, confundido, poco dúctil para adaptarse a un terreno barroso el miércoles; y rozagante, luminoso, dominante el domingo ante un equipo agrandado que, en los papeles, lo podía complicar, pero que en la cancha no pudo oponer demasiada resistencia.

El equipo que conduce Passarella cimentó su clara victoria en tres pilares ofensivos: Ortega, Belluschi y el chilenito Alexis Sánchez, aunque el rendimiento individual y colectivo fue alto y no se le encontraron demasiados puntos flojos. Ortega fue figura por todo lo que generó para abrir grietas en la defensa de Lanús; Belluschi, porque anda derecho con el arco y una vez más apareció en momentos cruciales; y Alexis Sánchez, por su extraña gambeta que ayer resultó desequilibrante y por algunas muy buenas asistencias. Si Ortega le hubiera puesto un poco de tiza a los botines, ahora estaríamos hablando de una goleada record.

El balance de los 90 minutos no deja ningún espacio para la discusión o la duda: River fue más, muchísimo más, al punto que en el primer tiempo provocó 7 claras situaciones de gol contra 1 de Lanús. Los primeros dos goles en momentos clave (final del primer tiempo, inicio del segundo) dieron la sensación de cosa juzgada con mucha anticipación; pero hubo, sin embargo, algunos momentos de incertidumbre en River que produjeron el regreso de los fantasmas. Fueron apenas unos minutos, luego del gol de Sand. El delantero le gritó su gol al banco y a las plateas de River, y el partido empezó a navegar en un río revuelto en el que los delanteros locales se apuraban para recuperar la distancia de dos goles y le daban al rival espacios que no había tenido antes, mientras los defensores revoleaban pelotas que un rato antes jugaban con serenidad. La ilusión del empate para los hinchas de Lanús fue apenas un espejismo. Un remate de media distancia de Belluschi puso todo en su lugar y ya no hubo más partido. Los dos goles de Belluschi no fueron tan hermosos como los que le había hecho una semana atrás a Vélez, pero pertenecen a la misma familia de golazos. En el primero metió un toque exacto sobre la salida de Bossio luego de un gran pase de Ferrari; en el segundo coronó una apilada de Sánchez con un fierrazo impresionante.

Si River consigue fuera de casa un rendimiento parecido al que muestra de local, será serio aspirante al título. Si sigue como hasta ahora, flojito afuera y muy fuerte adentro, se aferrará a este dato: dentro de tres domingos tendrá que jugar con Boca. En el Monumental.

Cancha: River.

Arbitro: Diego Abal.

Goles: 44m y 76m Belluschi (R); 46m A. Sánchez (R) y 66m Sand (L).

Cambios: 34m Ponzio (6) por Tuzzio (R) 45m Manicero (5) por Biglieri (L) 55m Peralta (5) por Aguirre (L) 73m Antonio por Ortega (R); 85m Lima por A. Sánchez (R).

Incidencia: 90m expulsado Ribonetto (L).