Gabrieli Sandri, hincha de la Lazio de 26 años, recibió un disparo de un policía que intentó mediar en una pelea con fanáticos de Juventus y falleció en la previa al partido que la Lazio debía jugar ante Inter, que inmediatamente después del hecho fue suspendido por la Federación Italiana.

El asesinato se produjo en Badia al Pino, en un área de descanso de la autopista cercana a Arezzo, al noroeste de Italia, cuando los hinchas de Lazio se dirigían a Milán para ver jugar a su equipo. “Me han dicho que se ha tratado de un episodio aislado y que el tiro habría sido de un policía”, dijo el presidente del club romano, Claudio Lotito. Y precisó: “Había un coche con cinco jóvenes y se han enfrentado con otros. Un policía se ha parado para calmar los ánimos y ha habido un disparo accidental”.

Minutos después, la policía se hizo responsable del hecho: “Nuestro agente se implicó para evitar el enfrentamiento entre dos grupos de personas, que no habían sido identificadas como hinchas, para que el asunto no tuviera graves consecuencias”, explicó el prefecto de Arezzo. Los otros simpatizantes serían de la Juventus, quienes viajaban hacia Parma.

La noticia de la muerte del hincha de Lazio y el anuncio de que había muerto tras una intervención policial generó el caos en el resto de la jornada futbolística. En Bergamo, un grupo de hinchas del Atalanta ingresó al estadio cuando sólo iban siete minutos de juego y el árbitro decidió la suspensión definitiva del encuentro ante el Milan.

En tanto, hinchas del Inter y de la Lazio se reunieron en los alrededores del San Siro y entonaron cánticos hostiles contra la policía, mientras que simpatizantes de la Roma se enfrentaron con la policía cerca de su estadio, dejando un saldo de al menos tres simpatizantes y un carabinero heridos previo al partido ante Cagliari, que también debió suspenderse. Además hubo incidentes en la puerta del edificio del Comité Nacional Olímpico Italiano. Allí, más de un centenar de hinchas lograron entrar y saquearon varias oficinas.