¡Cuánto nerviosismo hasta ese instante final cuando pitó Gustavo Bassi! ¡Cuánto sufrimiento en esa media vuelta de Rafael Viotti que casi se le mete a Agustín Orion! Cuánto respiro contenido. Cuanta tensión. San Lorenzo tuvo que sufrir más de lo esperado para conseguir un triunfo muy importante frente al complicado Argentinos, que realizó una tarea muy digna y dejó de lado las suspicacias. Ganó con un tanto de Gonzalo Bergessio y así se metió en el triangular final con Boca y Tigre. Por eso se ilusiona con alcanzar la gloria.

Mucho se había hablado en la semana de incentivación y aprietes. Sobre todo en Argentinos, porque se creía que los jugadores podían beneficiar a San Lorenzo. Sin embargo, eso no ocurrió. Desde el primer minuto, el conjunto dirigido por Néstor Gorosito (que a partir del 2009 será entrenador de River) demostró que el encuentro lo iba a salir a jugar de igual a igual. Y así lo disputó.

Con Mercier y Ortigoza como caudillos, le metió constante presión a San Lorenzo en el mediocampo y lo empujó hacia el arco que defendió Orion de una manera notable. Así, en menos de cinco minutos, le creó dos situaciones claras: primero Bogado no pudo conectar bien y luego, en la jugada siguiente, Escudero con un cabezazo certero casi anota el primero, pero el arquero Orion se la manoteó en la línea. Estuvo imbatible.

Desde esa seguridad que demostró el uno, San Lorenzo construyó su victoria, porque después no brilló tanto. No lució. Sino todo lo contrario. Se tuvo que poner el overol y dejar de lado las exquisiteces. Durante toda la primera mitad, sufrió demasiado pese al gol. Tuvo que bancarse el asedio del local, que una y otra vez regó con centros el área del pequeño campo de La Paternal, y nunca pudo armar un circuito de juego claro. Abusó demasiado de los pelotazos.

Sin embargo, San Lorenzo fue quien tuvo las situaciones más claras, en las contadas ocasiones que pudo superar el asedio. Porque fue más vertical mediante las ráfagas del incansable Bergessio y porque Argentinos tuvo problemas en defensa. Un centro de Silvera que Solari no alcanzó a conectar y un remate de Bergessio que lamió el palo izquierdo pudieron sentenciar el partido. Sin embargo, eso no ocurrió.

La estrategia defensiva del puntero varió para la segunda parte y evitó tanto sufrimiento. Cristian Ledesma, perdido en el período inicial, creció en la marca y la tenencia de la pelota. Así, San Lorenzo tuvo un mayor protagonismo y orientó el partido al ritmo que le convenía para conservar la ventaja.

Excepto el susto del final, monopolizó las llegadas y tuvo cuatro ocasiones claras, entre los 13 y 37 minutos, para asegurarse el acceso a la final. Bergessio, por su incansable batallar ante toda la defensa, y el paraguayo Aureliano Torres, por la capacidad de ejecución en la pelota parada, fueron las armas más peligrosas.

Pero la relativa tranquilidad que tuvo San Lorenzo en el segundo tiempo se quebró en el descuento con una media vuelta de Rafael Viotti que sorprendió a Orion. Sin embargo, pese al susto ganó San Lorenzo. Y fue lo más justo.

Informe: Nicolás Sagaian.