Lunes, 23 de marzo de 2009 | Hoy
FúTBOL › BOCA GANA EN LA COPA, PERO AL CLAUSURA NO LE PRESTA ATENCIóN
El empate sin goles en Victoria mostró a un equipo sin fútbol ni puntería. Si en el torneo continental lleva tres victorias en tres partidos, en el Clausura sumó su primera igualdad luego de tres triunfos y tres derrotas.
Por Facundo Martínez
Que el árbitro Federico Beligoy le anuló mal un gol a Figueroa, que no se podía jugar bajo ese calor tan intenso que rajaba la tierra, que Riquelme no estaba en la cancha, que a los delanteros les está fallando la puntería; a decir verdad, a Boca no le van a faltar excusas para explicar el pobrísimo empate que consiguió ayer en Victoria frente a Tigre que, a pesar de la localía y la levantada experimentada en sus últimas presentaciones, lo exigió de poco para nada. Lo que le pasa a Boca, que en la Copa gana incluso los partidos difíciles y es líder de su grupo con puntaje ideal, es que de antemano parece no querer saber nada con pelear el Clausura.
El mensaje es doble. Mientras se presume algún tipo de interés en el torneo local –y la de ayer era una buena oportunidad para no perderles las pisadas a los líderes–, la actitud del equipo parece querer demostrar lo contrario. El DT Carlos Ischia no sólo lo anuncia cuando baja el mensaje de que la prioridad uno es el torneo internacional y la número dos es el certamen doméstico, sino que refuerza la idea guardando jugadores clave, como pueden ser Riquelme o incluso Cáceres, para mejores faenas.
Así y todo, durante varios pasajes del partido, Boca fue superior a Tigre. Si bien no exhibió un dominio determinante, al finalizar la primera parte, los visitantes contaron con cinco chances más o menos claras de gol, dos de Gaitán y tres de Figueroa, contra tres de los locales, las últimas dos, una de Castaño y una de Lázzaro, ya en tiempo de descuento: la primera se fue apenas por arriba del travesaño y la otra, atajó Abbondanzieri arrojándose sobre su palo izquierdo.
La primera parte del complemento no fue mejor. Entre Gracián y Gaitán no hacían medio Riquelme; Palermo y Figueroa se estorbaban mutuamente; Vargas iba y venía como un caballo sin corral, y Battaglia hacía lo justo y necesario para que el mediocampo de Tigre, con Morel prácticamente intrascendente, no levantara vuelo. Quizá por eso la figura terminó siendo el pibe Forlín, no tanto por las exigencias, sino por la categoría que mostró para cortar y salir jugando ante cada requerimiento.
Beligoy le anuló mal un gol a Boca, tras una exquisita definición de Figueroa. A instancias del línea Romero –aquel que alguna vez fue cogoteado por el defensor de Independiente, Guillermo Rodríguez–, el árbitro le cobró al delantero de Boca una posición adelantada, cuando en realidad estaba habilitado como mínimo por medio metro.
Estadio: Tigre.
Arbitro: Federico Beligoy.
Cambios: 69m Rusculleda por Rosano (T), 72m Palacio por
Figueroa y Mouche por Gaitán (B), 75m Bota por Morel (T) y Benavídez por Vargas (B), 84m Leyes por Paparatto (T).
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