De vez en cuando la vida se nos brinda en cueros...

¿En cueros o en cuero era? Digamos de cuero, Joan Manuel, como que de cuero es la pelotita redonda que va y viene, tiqui y taca, de los de camiseta blanca a los de camiseta blanca que son los jugadores del Huracán de hoy, aunque algunos crean que son los fantasmas del ’73.

Y nos regala un sueño tan escurridizo que hay que andarlo de puntillas por no romper el hechizo...

Un sueño, eso. El partido soñado. Con la cabeza levantada y la pelota contra el piso. Con el toque y la gambeta como estandartes. Con fortaleza y prolija distribución de los espacios para defender. Con solidaridad para ofrecerle alternativas al que lleva la pelota. Con audacia e imaginación para intentar diferentes vías ofensivas. Con algunos pasajes en los cuales la pelota pasa a ser un objeto luminoso circulando en pases cortos, medianos y largos, siempre al pie.

Y con goles para que, esta vez, queden pruebas contundentes de que todo eso que se intenta, puede dar resultados y no es absurdo lirismo...

De vez en cuando la vida afina con el pincel..

Pinta Araujo. Se acuerda del domingo pasado en el Parque Independencia y se va al ataque por sorpresa dibujando una hermosa gambeta, pero el trazo queda medio incompleto y un ratito más tarde aparece De Federico para colorear la jugada con un pase sobre la derecha para Pastore, quien pone la firma con un derechazo tremendo que se mete en el segundo palo de Bossio. Es el segundo gol de Huracán, una pinturita que a los 20m del segundo tiempo cierra cualquier posibilidad de reacción de Lanús. A los que dicen que hay que saber cerrar los partidos cuando el equipo va ganando 1-0, Huracán les contesta de esta manera: así, castigando de tal modo al rival que se termina su resistencia.

Se nos eriza la piel...

Porque hubo más. Antes del segundo hubo un jugadón de Pastore que incluyó un caño en el área y que no fue gol porque salvó milagrosamente Bossio; y hubo un gol extraordinario como número especial de la fiesta que se estaba ofreciendo: Matías De Federico arrancó como cuatro, apretado contra la raya, salió de ahí con una gambeta, metió un caño y se fue haciendo zigzag a lo Maradona contra los ingleses, dejando camisetas granates a sus espaldas; aunque antes tuvo la mala suerte de que Bossio tapara, y como no podía ser justo que esa pelota no terminara en la red, el rechazo del arquero de Lanús le permitió a Pastore empujar la pelota en el arco vacío.

Y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla...

Eso, saben usarla. Y además sabe usarla (la pelota) el lungo Bolatti, que es el que hace todo fácil para que el buen juego fluya como un manantial desde la mitad de la cancha; y sabe usar (la cabeza) Esmerado que va a buscar con fe el centro de De Federico y mete un cocazo preciso en el primer gol, y saben lo que hay que hacer el pibe Kevin Cura, el venezolano González, el eficiente Domínguez y todos los demás, porque en la tarde redonda de Huracán sólo la vieron cuadrada los de Lanús.

De vez en cuando la vida...

Es capaz de regalarle al fútbol y a los creen que la belleza, además de necesaria, es posible; una tarde como la de ayer en Patricios, un partido redondo, brillante, inolvidable.

De vez en cuando la vida...

Les da a los tipos como Angelito Cappa todo lo que se merecen.

Estadio: Huracán.

Arbitro: Héctor Baldassi.

Goles: 7m, Esmerado (H); 65m y 84m, Pastore (H).

Cambios: 58m, Carrasco (5) por Graieb (L); 61m, Medina por Nieto (H); 67m, Lugo por Velásquez (L); 72m, Salomón por D. González (L); 83m, Toranzo por C. González y Sánchez por De Federico (H).