Boca tiene su primera final en la segunda fecha del Apertura. Así de curiosa es la actualidad del equipo de Julio Falcioni. La interna política del club se metió a jugar en el campeonato y dejó al partido de esta noche ante Unión como un juego decisivo de cara al futuro.

“Si no le ganamos a Unión habría que pensar en un plan B”, dijo Juan Carlos Crespi, uno de los vicepresidentes del club, y con ello disparó la alarma. En la conferencia de prensa del viernes, Falcioni debió afrontar un peloteo de preguntas sobre si un eventual mal resultado podía significar el final de su ciclo. “Lo único que voy a decir es que no renuncio”, aseguró el entrenador, con evidente fastidio por una situación inesperada. Más allá de las palabras, el entrenador no pudo evitar que los rumores circularan y hasta aparecieron dos nombres como sus hipotéticos reemplazantes: Alfio Basile y Gerardo Martino.

Para sumarle más morbo a la situación, el sábado se sumó José Beraldi a la interna. El otro vicepresidente del club aseguró que “no hay ningún plan B”. Sin embargo, sus palabras no se tomaron como un apoyo explícito al entrenador de parte de la dirigencia, sino como un capítulo más de la interna en la carrera presidencial de diciembre. Lo cierto es que Falcioni colocará en el terreno a su equipo ideal, con el ingreso de Somoza por Erbes, en un partido mucho más trascendental que lo que indica una segunda fecha de local ante Unión.