Si se considera situación de gol un centro pasado de Rivero al segundo palo que se va largo, Boca tuvo una situación de gol en 90 minutos. Una sola y bastante pobre, por cierto. A eso se redujo la producción ofensiva del equipo de Falcioni, que sigue sumando partidos sin derrotas, pero cada vez tienen más dificultades para encontrar el arco de los contrarios. Boca, que venía de jugar mal con Ramón Santamarina, más o menos con Olimpo y otra vez mal con Zamora por la Copa Libertadores, empieza a sentir que la chapa de campeón no le alcanza para marcar distancias con sus rivales, aunque se trate de equipos teóricamente inferiores, sin demasiadas figuras y sin gran nivel técnico.

Unión también venía en picada: dos empates y tres derrotas en sus últimos cinco partidos oficiales y casi ocho horas sin convertir un gol, desde el que le marcó Rosales a San Lorenzo en la 15ª fecha del campeonato anterior. Poco hizo para romper la racha negativa, aunque en algunos pasajes del partido se mostró ambicioso y pareció que podía arrinconar a su contrario. Ni siquiera se dio cuenta del cansancio de sus rivales en el último tramo del encuentro para aumentar la presión. Tuvieron una buena oportunidad en el primer tiempo, en un contraataque que encontró mal parada a la defensa de Boca y que no pudo concretar Velázquez porque Orion tapó muy bien el remate al arco. El arquero de Boca también estuvo acertado en un centro atrás de Barrales en un desborde y con ese poquito le alcanzó para convertirse en el mejor jugador de un partido impresentable como expresión futbolística.

Excusas hay para los visitantes, claro. Se puede argumentar que varios jugadores de Boca, los más importantes del plantel con Riquelme a la cabeza, vienen de un maratón que desgasta a cualquiera y mucho más si tienen que agregar minutos de juego bajo un calor intenso. Y también se puede hacer referencia al clima interno que deberá recomponerse de a poco luego de lo sucedido en la semana con las amenazas de renuncia del entrenador y su cruce con varios jugadores del plantel. Pero ni el calor, ni el clima interno, ni el cansancio alcanzan para explicar que en una hora y media de juego el campeón del fútbol argentino sólo dejara una serie de corners a favor en el arranque del partido y la media situación de gol ya apuntada como muestras de su potencial ofensivo.

Excusas hay para Unión también, porque hace lo que puede con un equipo de segunda línea, por lo que le caben más responsabilidades que Boca en el armado del espectáculo. A favor del cuadro local hay que señalar que ejerció presión en la salida de Boca y que no lo dejó pensar a Riquelme. Pero no hay mucho más.

La lesión del Flaco Schiavi en el primer tiempo y la de Colazo en el complemento, cuando intentaba un remate al arco (ver aparte) se suman como malas noticias a la amarilla que recibió Roncaglia y que le impedirá jugar la próxima semana contra Newell’s. El entrenador tendrá que rearmar la defensa y eso hace suponer para la próxima presentación un equipo más conservador aún. Lo que podrá rescatar Boca de su visita a Santa Fe es que sumó un partido oficial más sin derrotas. Sólo eso, porque de fútbol ni hablar.

Estadio: Unión.

Arbitro: Juan Pablo Pompei.

Cambios: 45m Caruzzo (5) por Schiavi (B); 66m Colazo por Erviti (B); 68m Barrales por Jara (U); 77m Ledesma por Colazo (B); 83m A. Pérez por Fernández (U).