libero

Lunes, 11 de noviembre de 2013

FúTBOL › VéLEZ Y RIVER, PROTAGONISTAS DE UN PARTIDO MALíSIMO

Jugaron solamente por cumplir

Perdidas sus aspiraciones de avanzar en la Copa Sudamericana, ambos equipos mostraron en la cancha las consecuencias de los duros golpes que recibieron en la semana. Sus entrenadores, Ramón Díaz y Gareca, no lograron alterar el panorama.

 Por Juan José Panno

El día que asumió en su tercera etapa como entrenador de River, Ramón Angel Díaz, agrandado, exultante, soberbio, dijo que si él hubiera estado en el lugar de Daniel Passarella no habría tardado tanto en llamarlo. Cuando le preguntaron si River se hubiese ido al descenso con él, bajó el centro con la lengua filosa: “Ya saben que no”. De la caída del club al Nacional B dijo que le había dolido “como a todo hincha de River”. También anunció que sus equipos iban a ser siempre protagonistas, presionando bien arriba y atacando permanentemente. Y cerró la conferencia de prensa con otra frase que saludaron eufóricos todos los periodistas deportivos vinculados al club de Núñez: “Soy el técnico más grande de la historia de River y eso no lo va a cambiar nadie”.

Las frases picantes de Díaz siguieron ocupando mucho espacio en la medida en que se iban dando algunos buenos resultados en los partidos iniciales. Un poco de demagogia, otra porción de guiños a los hinchas del club y la mejor predisposición para atender a los preguntadores de turno hacían presumir una etapa luminosa.

El día del empate en la Bombonera, cuando las tribunas lo despidieron al grito de “vos sos de la B”, hizo claros gestos con su dedo índice para demostrar que no se sentía involucrado. “Yo no me fui a la B”, dijo después, contradiciendo aquello del dolor que le había causado como auténtico hincha de River, el descenso al Nacional B. Antes del siguiente superclásico amenazó con que Carlos Bianchi se iba a dar cuenta “de lo que somos capaces los de River”.

Cuando River dejó atrás a San Lorenzo en la Sudamericana con un planteo miserable dijo: “Así se juegan los partidos de la Copa”. Cuando River perdió el superclásico en el Monumental, dijo que Boca había hecho un planteo miserable.

Fuera de carrera casi en el mismo momento de esa derrota, Ramón Díaz le apuntó a la Sudamericana. “Vamos a pelear el torneo hasta el final, no tengo dudas”, se ufanó. Pero después de la floja actuación en el encuentro de ida ante Lanús, las dudas las tuvieron todos los hinchas. “Los jugadores están con rabia, nos jugamos el prestigio”, exageró antes del partido. Poco antes se había cruzado con el colombiano Teo Gutiérrez, de quien dijo que no entendía lo que es River.

El cachetazo del 3-1 contra Lanús lo dejó muy golpeado, y por eso sólo atinó a decir que fue “un partido raro”. Lo raro fue escuchar a los hinchas de River gritar “que se vayan todos” y pedir por David Trezeguet, el futbolista que Ramón había descartado. Un par de días después salió a decir que es riojano, de tierra de caudillos y que se la banca. ¿Lo seguirán bancando los hinchas de River? ¿Por cuánto tiempo? El Pelado Díaz juega con la historia a favor, pero el presente le marca que cometió muchos errores, que no le anduvieron los refuerzos que él mismo había pedido, que nunca encontró un equipo, que habló mucho y produjo poco y que, sin los cracks de que dispuso en otros tiempos, la realidad desnuda sus limitaciones. Por ahora, Ramón Díaz sigue en su puesto.

Por su parte, el DT de Vélez, Ricardo Gareca, seguramente no seguirá en el suyo cuando venza su contrato, a fin de año. La Copa Sudamericana era el último objetivo del entrenador, pero en cuartos de final perdió en la semana ante Ponte Preta y pareció cerrarse un ciclo. Gareca, menos locuaz, menos polémico que Díaz, adelantó en media lengua que ya no le queda mucho por hacer en Vélez. Los tiempos de gloria (cuatro campeonatos locales, nada menos) parecen haber llegado a su fin.

Anoche, en Liniers, Ramón Díaz y Ricardo Gareca estuvieron al frente de jugadores golpeados desanimados, que salieron a la cancha porque hay que cumplir con los reglamentos. Salió un partido malísimo.


Estadio: Vélez.

Arbitro: Germán Delfino.

Cambios: 53m, Chichizola (5) por Barovero (R); 58m, Vangioni (5) por Rojas (R); 59m, Cardozo por Tobio (V); 66m, Copete por Canteros (V); 81m, Andrada por mora (R); 84m, Ferreira por Rescaldani (V).

Compartir: 

Twitter

Papa, entre Ponzio y Carbonero. Fueron 90 minutos desperdiciados.
Imagen: Télam
SUBNOTAS
 
LIBERO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.