Racing se aprovechó de un River pasivo y sin ideas para ganarle 1-0 y obtener así el primer triunfo como local en el torneo Inicial, algo que no conseguía desde la última fecha del último torneo Final, cuando festejara el descenso de Independiente con goleada a Unión y apagón incluidos. Con un nivel de juego muy pobre, River cayó por segunda vez consecutiva.

Lo que en algún momento fue un clásico entre dos equipos de los más grandes del país, un clásico entre dos de las camisetas que más se bañaron de gloria en el fútbol argentino, ayer fue sólo un partido para cumplir el compromiso correspondiente a la 17ª fecha del torneo Inicial.

El trámite en Avellaneda encontró a River lento y previsible en la salida, lo que aprovecharon los delanteros de Racing, que entraron muy atentos y rápidos para presionar. Ante la pasividad del equipo millonario, el equipo que dirige Reinaldo Merlo demostró desde el inicio tener más ganas de salir a buscar el gol, que encontraría desde una pelota parada. Un buen centro desde el borde derecho del área de River encontró a Bruno Zuculini sin marca y a la carrera para convertir de cabeza el segundo gol de Racing en su propia cancha en lo que va del torneo.

La reacción de River tardó lo que tardó en enchufarse Manuel Lanzini, el único que logró cambiar el ritmo al ataque millonario. Lo hizo dos veces, primero con un remate de media distancia que se fue apenas elevado y después con un desborde por izquierda con pase atrás para que rematara el colombiano Teófilo Gutiérrez y exigiera al arquero Sebastián Saja.

En el complemento, Racing apostó definitivamente a liquidarlo de contraataque, aprovechando la velocidad de Gabriel Hauche y Valentín Viola. Ambos tuvieron una clara chance para definir ante el arquero Marcelo Barovero, pero fallaron en la definición y dejaron el resultado abierto hasta el final.

La entrada de Juan Carlos Menseguez y Federico Andrada para acompañar a Gutiérrez en el ataque le dio más peso al equipo millonario en ataque, que se fue arrimando cada vez más al arco de Racing. A pesar de un buen remate de Menseguez que terminó tapando hábilmente Saja, el ataque de River cayó en la reiteración de centros al área y careció de la profundidad que pusiera a alguno de los tres delanteros millonarios en frente de Saja.

En el último tramo del partido, River atacó por pura inercia, sin poder quebrar el repliegue defensivo del equipo de Avellaneda, que cuidó hasta el último aliento un triunfo en el Cilindro que tanto esperó.