Lanús comenzó a sentir el rigor de la doble competencia, entre el certamen local y la Copa Libertadores: ayer perdió un invicto de 18 partidos en su estadio, entre ambos torneos, al caer con Rafaela, que consiguió su primer triunfo en el estadio del Sur, un triunfo realmente categórico.

“Ya haremos la autocrítica, pero desde lo futbolístico entiendo que el equipo debe ser más fuerte porque cuando tenemos un rival que nos juega muy cerrado, tenemos que estar atentos para que no nos conviertan de contraataque”, opinó el técnico de Lanús, Guillermo Barros Schelotto, tras el trago amargo.

“Fue la cuarta semana en la que venimos jugando cada cuatro días (entre Copa Libertadores y certamen local) y ya contamos con jugadores golpeados, otros fatigados, por eso estamos obligados a hacer una rotación permanente”, enfatizó el entrenador. “Hay que mirar siempre adelante, pero no hay que olvidarse que estuvimos 18 fechas invictos; eso fue mérito de los jugadores”, recordó.

Para Jorge Burruchaga, entrenador de Rafaela, “es importante este triunfo, no sólo por los tres puntos, sino para que el plantel tome confianza, para que vean que también se puede ganar de visitante”.

Diego Vera, figura y goleador del cotejo, señaló que su primer tanto permitió abrir un encuentro que estaba “quieto”. “Pudimos llevar bien el partido, lo esperamos, jugamos bien a la pelota, con el tercer gol respiramos.”

Adrián Bastía, volante del equipo santafesino, fue trasladado al sanatorio Mitre por un traumatismo cervical como resultado de un impacto del balón entre la mandíbula y la sien, en un intento de rechazo en el área propia.