FúTBOL › JUGó MAL Y TERMINó EMPATANDO SIN GOLES FRENTE A QUILMES
Se esperaba más del equipo xeneize en la previa del Superclásico, pero no hubo caso. El equipo de Carlos Bianchi jugó un partido para el olvido en el estadio Centenario, sin ritmo ni situaciones de gol, y se alejó de la lucha por el título.
› Por Facundo Martínez
No hubo caso ayer ni para Boca, que necesitaba sumar tres puntos para no alejarse de la lucha y llegar medianamente entonado al Superclásico del próximo domingo en la Bombonera, ni para Quilmes, que necesitaba los puntos para aliviar su situación con respecto al descenso. Los dos equipos ofrecieron un flojo espectáculo y debieron conformarse con una igualdad sin goles.
Boca tardó más o menos cinco minutos para armar su primera jugada clara de ataque entre Riquelme y Acosta. Y más allá de que Gigliotti definió débil al cuerpo del arquero Dulcich, fue una buena señal para el equipo de Carlos Bianchi, que así avisaba que había terminado el tiempo de estudio y comenzaba a insinuar algo de sus pretensiones.
Pero Quilmes presionaba y se defendía bien, y eso le generaba serios problemas a Boca, que pese a tener el control de la pelota no encontraba caminos como para arrimar un poco más de peligro. Un poco de fricción en el mediocampo fue calentando la temperatura del partido. Y en el silencio espectral del estadio Centenario, debido a la ausencia de hinchas locales por decisión del Aprevide, se escuchaban los reclamos del DT de Boca, Carlos Bianchi, para el árbitro Darío Herrera. Sobre todo un clarísimo penal contra Gago en una jugada de tiro de esquina.
En la medida en que Boca se iba quedando sin ideas, Quilmes se fue animando en ataque. Benítez probó con un remate desde afuera que se fue por arriba del travesaño. El DT Caruso Lombardi le pedía a Caneo que asumiera más protagonismo.
Pero lo cierto es que no se jugaba bien y el partido se desinflaba minuto tras minuto. Y las preocupaciones ganaban terreno en el rostro de Bianchi. Boca no podía dejar la imagen que estaba dando nada menos que en la previa al Superclásico del próximo domingo.
La charla del entrenador xeneize en el entretiempo no pareció surtir efecto. Boca seguía intentando controlar la pelota, pero no le cambiaba el ritmo y el juego se volvía muy previsible para los volantes de Quilmes, quienes mostraban concentración, respondiendo de esa forma a los gritos constantes y sin pausa de su entrenador.
La primera chance más o menos clara para Boca en la segunda parte llegó a los 60 minutos, con un tiro libre en la puerta del área que Riquelme casi cuelga en la tribuna. Luego, Boca tuvo otro tiro libre, también desperdiciado por el diez xeneize, quien pensó una jugada que ninguno de sus compañeros pareció entender. Boca necesitaba un cambio, aire fresco y aceleración. El Virrey mandó a Colazo por Sánchez Miño, pero no fue suficiente. Boca siguió sumergido en su ritmo cansino y en una modorra que recién apenas se sacudió cuando, a los 87 minutos, Riquelme lanzó un buen derechazo que Dulcich sacó al corner de un manotazo. “Para nosotros, cada punto es una pepita de oro”, dijo Caruso Lombardi. Por su parte, Riquelme comentó: “Teníamos la ilusión de ganar. Ellos defendieron bastante bien”.
Estadio: Quilmes.
Arbitro: Darío Herrera.
Cambios: 60m Zacarías por Ríos (Q), 73m Telechea por Benítez (Q), 75m Colazo por Sánchez Miño (B), 89m A. González por Caneo (Q).
Incidencia: 90m expulsado Bravo (B) por doble amarilla.
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