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Página/12 En Brasil

Desde Río de Janeiro

Súbitamente, en el estadio de Natal, capital de Rio Grande do Norte, en el nordeste brasileño, un caño de agua explotó, precisamente en el área reservada a la prensa internacional. Fue a la 1 en punto de la tarde de ayer. No había ningún partido en Natal, pero, por las dudas, fueron movilizadas brigadas de emergencia. No se reportó ningún herido, ningún daño. Puros nervios.

Y es que justo en aquel momento, a miles de kilómetros de distancia, empezaba en el Maracaná, en Río, el partido entre Rusia y Bélgica. Por unos minutos, los pocos periodistas que se vieron bajo un inesperado diluvio en Natal no supieron qué hacer. Luego fueron a la sala de al lado a ver por la tele cómo Bélgica derrotaba a Rusia 1-0. Bélgica era una de las incógnitas de ese Mundial. Bueno, sigue siéndolo. Este es un Mundial lleno de sorpresas. Bélgica se clasificó para los octavos. Muy bien. Pero, ¿alguien, en Brasil, estaba o está realmente preocupado por lo que les pasa a los belgas?

Hoy es hoy. Hoy es día de enfrentar a Camerún. Y hasta la chica linda más linda de Oaxaca sabe que Brasil entra a la cancha como favorito. Pero, en un Mundial tan lleno de sorpresas, ¿ese favoritismo se cumplirá? Hasta ayer, al principio de la noche, los expertos altamente especializados trataban de definir cuál era la mejor táctica para el partido de hoy, dentro de la estrategia para conquistar el Mundial.

Claro que Felipao, el entrenador que determina todo, no consultó a ninguno de los 173.408.000 brasileños altamente expertos que ayer se inquietaban frente a las variables de táctica a ser empleada hoy. Pero si hubiese consultado, tampoco saldría con alguna indicación firme. Este es un Mundial raro. Bueno, todos lo son. Pero el de 2014, disputado en Brasil, se muestra especialmente raro.

En lo que nos atañe, la verdad es que no sabemos exactamente cuáles serán las determinaciones de Scolari, el inevitable Felipao. Ayer por la nochecita, en San Pablo, un grupo de cinco amigos –un director de cine, un arquitecto, una profesora universitaria de Letras, un biólogo y un escritor– trataba de buscar un espacio razonablemente sereno y equilibrado para analizar el escenario. Ni modo. ¿Preservamos a Neymar de los riesgos de otra tarjeta amarilla? ¿Será Camerún, nuestro adversario de hoy, un equipo tan temible a punto de exigir todo el potencial o supuesto potencial brasileño en la cancha?

La verdad es que, a punto de terminar la primera etapa del Mundial, nadie sabe a qué atenerse en Brasil. Las sorpresas siguen siendo tema primordial en las conversaciones. ¿Quién imaginaría que España e Inglaterra volverían directamente al aeropuerto, por ejemplo? ¿Quién imaginaría que supuestas potencias como Argentina y Brasil mostrarían un fútbol tan pifio en esta primera etapa? En el último minuto, Portugal logró, ayer, empatar con Estados Unidos y sobrevivir en la Copa del Mundo.

La vida sigue. Frente a las bajas en los sondeos electorales –habrá elecciones generales en octubre–, la presidenta Dilma Rousseff adoptará una nueva estrategia. Será más agresiva frente a los adversarios. ¿Será Brasil más agresivo frente a Camerún? ¿O al menos más eficaz?

La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) advirtió duramente a la FIFA sobre la mala calidad de la comida servida a los trabajadores en Recife, que fueron conducidos a hospitales luego de comer lo que les ofrecieron los controladores de todo en el Mundial.

¿Habrá alguna agencia reguladora para determinar la calidad de los partidos ofrecidos a la hinchada?