FúTBOL › LE GANO 4-3 A LANUS EN UN PARTIDO ELECTRIZANTE
River lo celebra arriba
Fue uno de los mejores encuentros del torneo, y los de Núñez lo recordarán con euforia porque los depositó en la punta, cuando sólo faltan tres fechas para terminar el Clausura, delante de Boca y de Vélez. Pudo haber goleado, pero
desperdició muchas situaciones y acabó apretado en los últimos minutos.
Por J. A.
Quedará para la discusión la actuación del árbitro Claudio Martín, pero lo que no puede discutirse es la claridad y la justicia de la victoria de River sobre Lanús. El triunfo, trabajado, sufrido, apretado al final, le extiende al equipo de Pellegrini la punta del torneo en la ventanilla dónde se cobran los cheques. Está un punto delante de Boca, y dos por encima de Vélez, cuando faltan tres fechas para terminar el Clausura. Pudo ganar por goleada, terminó pidiendo la hora. Pero además de River, ganó el fútbol, porque se vivió un partido sensacional, intenso, repleto de emociones y situaciones de gol. Entraron siete, pudieron ser más.
Pegó primero Lanús, con un contragolpe que nació en su área. El uruguayo Serafín García mandó un centro cruzado y Garcé, apurado por rechazar, la metió en su propio arco.
Pero River empató pronto. Cavenaghi tocó cortó con Pereyra, el volante le devolvió al pared por encima de los defensores y el delantero recogió el rebote en el arquero Flores para señalar la igualdad.
Garcé volvió a ser protagonista involuntario del desnivel, cuando Nelson Benítez le pegó desde afuera del área y el balón se desvió en su pierna, colándose en el segundo palo de Costanzo.
El ritmo no decaía cuando Martín pitó penal para River, una jugada confusa entre Galván y Fuertes. El delantero la quiso colocar y la pelota se le fue alta.
Después de que el palo izquierdo devolviera un tiro libre de D’Alessandro, con Ludueña por el lesionado Coudet en la cancha, González lo habilitó y Fuertes tuvo su revancha. Otra vez empate.
River quería terminar de darlo vuelta antes de irse al descanso y lo consiguió cuando D’Alessandro le puso una pelota de categoría y González definió sobre la salida de Flores.
Sosa se la jugó con Bustos Montoya (un delantero) por Hoyos (un defensor) para empatar, pero D’Alessandro mandó un centro y Fuertes la conectó de palomita al gol. Era 4-2 y parecía partido terminado.
Sin embargo, faltando 10 minutos Bustos Montoya dejó tres rivales en el camino con un quiebre de cintura y le cedió el gol a Hugo Morales. Fue a partir de entonces que River se desequilibró y comenzó a sufrir el partido. Cavenaghi la estrelló en el travesaño, pero Lanús apretaba a River contra Costanzo, y el resultado parecía abierto.
Pero Morales se ganó la tarjeta roja por hacer picar el balón contra el piso en señal de descontento hacia Martín, luego de que éste le pitara una falta contra D’Alessandro, que no había existido. Hubo más descuento, alguna piedra que voló hacia la cancha, y poco más. River no debió sufrir tanto para hacerse de la punta.
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