La Pascua más dulce le tocó vivir ayer a Boca, y en el domingo de resurrección se levantó para saltar a la cima del torneo. Así dejó en claro que su protagonismo perdurará a lo largo del certamen. El equipo sigue acumulando éxitos en este 2015, y la racha positiva no vislumbra tener un techo cercano.

La distancia entre la calidad técnica de ambos planteles quedó evidenciada rápidamente. Con algunas acciones sutiles, los jugadores de Boca fueron volcando la balanza a su favor, y en muchas ocasiones dejaron desairados a sus rivales de Huracán. El conjunto visitante tuvo en claro que, para lograrlo, tenía que tener en su poder el valor más preciado: la pelota. La marca que distingue a esta versión del equipo de Arruabarrena, es la necesidad de poseerla para poder llevar adelante todo su andamiaje futbolístico.

La presencia de algunos hombres es determinante para que el plan funcione. Pérez, Erbes y Meli, integrantes de la línea media son los líderes en ese rubro. Cuando se adueñaron de la pelota el partido tuvo un solo dominador. Por ese motivo, quedó evidenciado los peligros que pasó el equipo en el segundo tiempo, cuando Huracán se decidió a quitarle ese bien, y merodeó los alrededores de Sara con frecuencia.

El local se dio cuenta seguramente que lo que había sucedido en la primera parte no lo favorecía: Boca se manejó a voluntad y se puso en ventaja por intermedio de Meli, quien definió con un toque suave un gran contrataque, luego de recibir una habilitación exquisita de Osvaldo. A partir de ese momento, a los 24 minutos, Boca desplegó su potencial táctico para ocupar los espacio con acierto, y no le permitió al local llegar con profundidad al área de Sara.

Cuando se jugaban los últimos minutos de esa mitad, por un desajuste defensivo de Boca, Abila estuvo cerca de marcar la igualdad pero el arquero pudo controlar el cabezazo para quedarse con la pelota.

El técnico Néstor Apuzzo se dio cuenta de lo que estaba pasando en la cancha, y para el segundo tiempo adelantó las líneas con la finalidad de disputarle la posesión de la pelota a su adversario. El equipo lo fue logrando lentamente, y se notó aún más con los ingresos de Romero Gamarra y Torassa. Villarruel tuvo la chance más clara para empatar, pero no le pudo pegar bien a la pelota y se la terminó entregando al arquero.

Boca comenzó a padecer el cansancio de algunos de sus hombres y eso le impidió tener la misma precisión que al principio. Osvaldo se paraba lejos del área, y la presencia en ese lugar era nula. Cuando lo reemplazó Calleri volvió a recuperar terreno, sobre todo por la potencia del ex All Boys para encarar con la pelota dominada. El contragolpe era la vía por la que se inclinaba Boca para mantener en alerta a Marcos Díaz.

Torassa remató de derecha, de media vuelta, en la jugada más profunda de Huracán, pero Sara pudo reaccionar a tiempo. Las ilusiones del local se terminaron cuando nuevamente Meli volvió a acertar en otra salida rápida y marcó el segundo gol cerca del final, ante la débil resistencia de Díaz. Ni siquiera la alternativa de Montenegro sirvió para encontrar reacción en Huracán, que apostará todo a lo que suceda el miércoles próximo, cuando reciba a Universitario de Bolivia, para tratar de acercarse a la clasificación a la próxima instancia de la Copa Libertadores.

Del otro lado, se disfruta todo lo que sucede dentro y fuera del país, con el liderazgo en todo lo que le toca afrontar. Y sobre todo, por la autoridad que impone con su juego.

Estadio: Huracán.

Arbitro: Fernando Rapallini.

Goles: 24 y 87m Meli (B).

Cambios: 54m Marín (5) por Colazo (B), 59m R. Gamarra (5) por Gallegos (H), 61m Pavón por Lodeiro (B), 71m Torassa por Campana (H), 78m Montenegro por Villarruel (H) y Calleri por Osvaldo (B).